MatrËshka es sin duda un transporte digno de llamar la atención. El vehículo es el resultado de la colaboración entre el fabricante de los autobuses rusos Volgabús y su sucursal ‘de innovaciones’ Bakulin Motors Group con experiencia ya en los vehículos no tripulados.
Desde el inicio del proyecto se postulaba que MatrЁshka no estaba destinado a convertirse en un autobús público, sino que serviría como transporte en zonas cerradas, como instalaciones científicas, tecnológicas y aeropuertos.
Ya en 2016 los MatrËshka se dejaron ver en el centro de investigación de Skólkovo. Los creadores del proyecto afirman que su objetivo no es crear un ‘autopiloto’ estilo Tesla —que sirve de asistencia para el conductor con capacidad de sustituirle—, sino que plantean crear un carro completamente autónomo desde el inicio: en uno de los modelos propuestos ni siquiera habrá volante.
Dependiendo del modelo, los MatrËshka contarán con entre ocho y doce asientos para los pasajeros, así como tendrán modificaciones de carga.
Su velocidad estará limitada a 30 kilómetros por hora e inicialmente su precio oscilará entre los 115,000 y 180.000 dólares, aunque en el futuro la cifra se pueda reducir hasta los 50,000 dólares.
Su producción en serie está prevista para finales de 2017 en la ciudad rusa de Volgogrado.
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