La velocidad con la que va la evolución de la tecnología es dramática. La interconectividad alrededor del mundo, facilitada por el Internet, nos ha permitido aprender, adaptarnos y hacer más eficiente a la tecnología.
Una de las tecnologías que ha cambiado drásticamente es la videovigilancia.
El ancestro de las cámaras de videovigilancia fue el Circuito Cerrado de Televisión, mejor conocido por su acrónimo CCTV. Éste fue inventado en 1942 por Walter Bruch, un ingeniero eléctrico alemán quien lo desarrolló para que el ejército alemán pudiera monitorear los cohetes V-2.
El CCTV fue lanzado comercialmente en Estados Unidos por un contratistas del gobierno estadounidense, Vericon. En esta primera etapa no era posible grabar las imágenes y sólo era usado para monitoreo en vivo.
A principios de la década de los 60 había algunas versiones de dispositivos que grababan con cintas, pero éstos eran muy grandes y pesados, además que requerían que las grandes cintas fueran cambiadas manualmente.
Esto fue rápidamente superado por las videocaseteras, lo que permitió grabar programas de TV automáticamente y eran modelos comercialmente viables. A partir de esto, la industria de la videovigilancia creció exponencialmente.
A finales de la década de los 80, grandes ciudades como Londres comenzaron a integrar cámaras de videovigilancia en su infraestructura, como una manera de monitorear y controlar el tráfico de autos y las masas de personas en las zonas urbanas. En la década de los 90 con la llegada de la multiplexación, fue posible monitorear varias cámaras al mismo tiempo.
El paso final en esta evolución vino con la penetración de los teléfonos inteligentes y el Internet, lo que permitió poder conectarnos desde casi cualquier lugar.
Algunas de las características de los sistemas de videovigilancia han evolucionado a partir de la tecnología digital mejorando su desempeño de manera importante.
Almacenamiento: El almacenamiento se ha expandido tanto que ahora podemos guardar una gran cantidad de horas de video en tarjetas MicroSD así como en la nube.
Portabilidad: Ahora con la tecnología de aplicaciones móviles, puedes saber qué es lo que sucede en cualquier lugar.
Versatilidad: El tamaño de las cámaras se ha hecho cada vez más pequeño a través del tiempo, con dimensiones compactas pero poderosa tecnología para satisfacer las necesidades de tu estilo de vida.
Por ejemplo, si en la familia hay un bebé puedes tener una pequeña cámara para interiores, como la Mini O de EZVIZ para ver su habitación con la app de EZVIZ. La Mini O puede conectarse a través de Wi-Fi e incluye un altavoz y un micrófono con el que puedes hablar con tu familia desde la app móvil.
Visión Nocturna: Las cámaras antiguas tenían muchos problemas para poder grabar durante la noche o en condiciones de poca luz. Esto hacía muy difícil la tarea de identificar rostros o características físicas de aquellos que estuvieran en el video. El refinamiento de la calidad de video nos ha dado calidad de imagen en alta definición además de la tecnología de visión nocturna para que puedas ver qué sucede incluso si está oscuro.
¿Cómo evolucionará la tecnología en la siguiente década? Nadie lo sabe con seguridad, pero podemos esperar que los tamaños de las cámaras continúen haciéndose cada vez más pequeños, que la calidad de grabación mejore, y que a través del IoT (Internet de las cosas), nuestros sistemas de seguridad inteligentes serán una parte esencial de nuestro día a día.