“El gobierno espera que Corea del Norte trabaje con sinceridad hacia una pronta solución de todas las cuestiones relacionadas con el caso de los secuestrados“, señaló el secretario del gabinete Yoshihide Suga.
Horas antes, altos funcionarios de los dos países iniciaron conversaciones en Pekin, tras su acuerdo a finales de mayo de que Corea del Norte va a resolver todas las cuestiones relacionadas con el secuestro de japoneses a cambio de un levantamiento de algunas sanciones.
“El gobierno de (el primer ministro Shinzo) Abe ha estado haciendo su máximo esfuerzo con la firme determinación de resolver el problema de los secuestros, mientras que él esté en el cargo”, afirmó el portavoz del gobierno.
Las delegaciones de Japón y Corea del Norte discutieron en la capital china aspectos específicos sobre la creación de una entidad norcoreana que se encargue de investigar los casos de secuestros de ciudadanos japoneses.
El principal negociador de Corea del Norte, Song Il Ho, señaló que esa estructura organizativa volverá a investigar el paradero de los japoneses que Tokio cree fueron secuestrados por Pyongyang décadas atrás.
Al comienzo de la reunión en la embajada de Corea del Norte en Pekín, los dos países se enfrentaron por el lanzamiento de dos misiles balísticos de corto alcance por parte de Pyongyang en aguas del mar de Japón el domingo pasado. “Fue muy lamentable”, señaló Junichi Ihara, el jefe de asuntos asiáticos en el Ministerio de Relaciones Exteriores japonés.
“En esta ocasión, el gobierno japonés hizo una enérgica protesta” por el lanzamiento que estaba en violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra el uso de la tecnología de misiles balísticos. Song, embajador de Corea del Norte a cargo de la normalización de las relaciones diplomáticas con Japón, restó importancia a la protesta.
La promesa de Corea del Norte de llevar a cabo un “estudio exhaustivo y a gran escala de todos los japoneses” secuestrados ha planteado la posibilidad de que Japón alivie algunas de las sanciones que impuso unilateralmente a Pyongyang.
Mientras que Corea del Norte está en gran medida aislada de la comunidad internacional, en virtud de un acuerdo alcanzado en Estocolmo a finales de mayo, Japón está dispuesto a levantar algunas medidas punitivas.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, cuya política declarada es hacer realidad el regreso de todos los secuestrados, ha dicho que su gobierno examinará que el comité previsto tenga la autoridad necesaria para investigar todos los órganos de Corea del Norte. Corea del Norte volvió a investigar los secuestros en 2004, pero Japón consideró los resultados poco convincentes.
Japón enumera oficialmente 17 ciudadanos de haber sido secuestrados por agentes norcoreanos entre 1970 y 1980, pero sospecha que existen hasta mas de cien desaparecidos. Los secuestros habían tenido dos objetivos: primero, el de establecer un sistema de instrucción del idioma japonés bajo una institución especial del gobierno, y segundo, el de utilizar la identidad de los secuestrados para poder infiltrar a agentes norcoreanos en Corea del Sur.
El régimen de Pyongyang sostiene que cinco de los 17 regresaron a Japón, mientras ocho de los otros 12 murieron y los cuatro restantes, identificadas por el gobierno de Tokio como secuestradas, nunca entraron a ese país.