Aún en el siglo XXI, la mujer siguen sufriendo desigualdad de género. Esto sucede día a día, no sólo en la vida cotidiana sino también en el mundo del arte. Sin embargo, hay mujeres que tuvieron la oportunidad, se han parado como lo que son y han sobresalido por su don artístico.
Hoy este Día de la Mujer no sólo valoremos su trabajo sino homenajeemos su trayectoria, su vida, sus revoluciones artísticas pero sobre todo su esencia femenina.
Mujer, ¡sí se puede!
Odiada por muchos, amada por otros, Frida Kahlo, es una mujer muy importante en la historia del arte. Sus pinturas son un reflejo de su trágica y dolorosa vida, su frase; “Pinto a mi misma porque soy a quien más conozco” es prueba de eso. Se caracterizó por su arte surrealista y grotesco. Kahlo dejó un legado de más de 200 cuadros, dibujos y bocetos. Su arte dejó huella por ser auténtico, lleno de significado pero sobre todo por sus emociones expuestas tras el lienzo.
Una de las voces más poderosas a nivel mundial es Elena Poniatowska, escritora, activista y periodista mexicana que se ha distinguido por la lucha de injusticias y crítica social. Ha utilizado el arte de la literatura como medio de denuncia. Sus movimientos feministas y sociales convierten a Elena una mujer digna de admiración.
La arquitecta, Zaha Hadid, es una mujer para valorar en la industria del arte. Es la única mujer en recibir un Pritzker, el premio más importante para la arquitectura. Ella ha combinado su pasión por el arte junto con la moda. En el 2011 diseñó la pasarela y escenografía del desfile para la marca Chanel en la Semana de la Moda de París.
La excéntrica, Yayoi Kusama, es una grande del arte conceptual y performance. Su arte está basado en el minimalismo, el surrealismo, arte pop y en el feminismo. La psicodelia y la representación de patrones catapultaron a la japonesa a la fama desde los años 50’s. Hoy en día es una mujer a la cual admirar por romper récords en venta de arte por su originalidad.
Polémica por sus producciones propagandísta del régimen de la Alemania nazi, Leni Riefenstahl, se posicionó como ninguna otra mujer dentro un mundo político y cinematográfico que no les era permitido a ellas. Fue juzgada por tener una amistad con Adolfo Hitler y tanto su carrera como su reputación se vivieron abajo.