Mexicano ejecutado por asesinato en Texas en 1997

Un hombre que escapó de prisión su natal México mientras cumplía una condena por asesinado fue ejecutado en Texas por el asesinato a golpes de un exprofesor de Historia de la Universidad Baylor y por agredir a su esposa hace más de 16 años.

Ramiro Hernández Llanas recibió una inyección letal el miércoles por la noche en la cámara de la muerte estatal en Huntsville. El reo, de 44 años, fue pronunciado muerto a las 6:28 de la tarde hora local.

Hernández, de 44 años, estaba en Estados Unidos sin autorización cuando fue arrestado en octubre de 1997 por la muerte de Glen Lich, de 49 años. Diez días antes, Lich le había dado empleo a Hernández en su rancho cerca de Kerrville, a unos 105 kilómetros de Sam Antonio, a cambio de que lo dejara vivir en la propiedad.

Los investigadores dijeron que Hernández engañó a Lich para que saliera de la casa y lo golpeó repetidas veces con una varilla de acero. Armado con un cuchillo, entonces atacó a la esposa de Lich, quien sobrevivió y testificó contra Hernández, a quien las autoridades también vincularon con un una violación y apuñalamiento, y le encontraron armas rústicas en la prisión.

“Esta es exactamente la razón por la que tenemos la pena de muerte”, dijo Lucy Wilke, fiscal adjunta de distrito del Condado Kerr quien ayudó a encausar a Hernández, refiriéndose a la ejecución. “Nadie, ni siquiera los guardias de la prisión, estaban seguros en su presencia”.

Hernández es el segundo reo en recibir una inyección letal de una nueva fuente de fenobarbital en Texas. Funcionarios del Departamento de Justicia Penal de Texas se han negado a identificar la fuente del poderoso sedante, alegando que es necesario proteger al proveedor de amenazas de violencia de los que se oponen a la pena capital.

La Corte Suprema federal respaldó la postura del estado en un caso relacionado la semana pasada.