Este arcano representa el camino real que debemos hacer en la búsqueda de nuestra propia metamorfosis interior. La ruta por la que transita el Carro está pavimentada de oro. Gracias a su energía, siempre sopesa con cuidado las posibles consecuencias antes de empezar algo nuevo, pero, una vez que se decide a encaminarse, no hay nada que lo pueda detener. Se aproximan cambios inminentes que irán acompañados de emoción y agitación. Con cada nuevo comienzo dejamos atrás la aburrida rutina de la vida cotidiana y nos recargamos de energía renovada que nos inspira y multiplica las ideas para alcanzar nuestros más altos ideales. La confianza en nuestro poder y verdad interior se vuelve más grande y profunda, la negatividad desaparece dando paso a la materialización de nuestros objetivos y metas anheladas. Es una carta asociada a la disciplina, la firmeza, la lucha, el coraje, la victoria, el movimiento, los viajes y la acción enérgica.