DERRY, New Hampshire, EE.UU. (AP) El estruendo de la gente fue ensordecedor cuando Hillary Rodham Clinton subió al escenario de una arena donde se realizó la convención anual del Partido Demócrata de New Hampshire. Miles de personas se pusieron de pie para recibir a la favorita de su partido para competir por la Casa Blanca, gritando vítores y girando matracas con su logotipo de la campaña.
Fuera del lugar había una conversación mucho menos alegre.
“Hay algo en ella que me apaga”, dijo Marsha Campaniello, una tasadora de bienes raíces de 63 años de edad, residente de Concord, mientras salía de la arena. “Pero prefiero que haya un demócrata allí en lugar de un republicano”.
En heladerías y librerías, ferias de verano y festivales de otoño, Clinton tiene el apoyo tibio de votantes como Campaniello, a quienes les gusta su carácter y su compromiso con los valores liberales.
Se trata de demócratas, y algunos independientes también, quienes sopesan sus deseos de que la Casa Blanca permanezca en manos del partido frente a la ambivalencia que tienen hacia la exsecretaria de Estado y exsenadora por Nueva York.
The Associated Press entrevistó a cerca de 70 votantes demócratas e independientes en las últimas dos semanas, todos en lugares donde Clinton ha hecho campaña en los estados que serán los primeros en votar: Iowa y New Hampshire.
Esos votantes expresaron una letanía de preocupaciones hacia Clinton y su candidatura. Algunos dicen que son escépticos de sus posiciones sobre la desigualdad de los ingresos y la regulación de Wall Street. Otros ponen en duda su honestidad y la forma en que maneja las controversias, incluso las últimas investigaciones sobre la utilización de una cuenta de correo electrónico privada y un servidor para la misma.
Muchos dijeron que simplemente sienten que carecen de una conexión con Clinton, a menudo por razones que ni ellos tienen claras.
“Ella ciertamente podría gobernar el país”, dijo Jim Gallagher, de 61 años de edad, de Manchester e inversionista de bienes raíces. “No me agrada del todo pero, bueno, no nos tiene que gustar ¿verdad?”.
Tales reacciones tibias han acompañado a Clinton, alguna vez una de las favoritas, a una campaña donde tendrá la competencia que ella siempre ha dicho que espera: ya sea frente a las ofertas del senador independiente por Vermont Bernie Sanders y su promesa de “revolución política” o frente a la posible entrada tardía a la competencia del vicepresidente Joe Biden.
Clinton sigue siendo la opción favorita. Ningún precandidato de cualquiera de los partidos tiene una operación de campaña tan sofisticada ni un apoyo profundo del sistema dirigente.
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Los periodistas de The Associated Press Ken Thomas en Laconia y Catherine Lucey en Des Moines, Iowa, contribuyeron para este despacho
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