La erupción del lunes ocasionó que autoridades elevaran el nivel a alerta para el área y prohibieron que la gente se acercara a unos dos kilómetros (1,25 millas) de la boca del volcán.
En esa zona no hay casas y no existían informes de inmediato acerca de personas lesionadas o daños materiales.
La cadena nacional de televisión NHK dijo que de acuerdo con la policía local se había llevado a cabo la evacuación de una estación de teleférico en la montaña y se trasladaba a otros visitantes a estaciones menos elevadas. La policía seguía buscando si había otros excursionistas en la zona.
Algunos vuelos dirigidos a la cercana ciudad de Kumamoto fueron desviados debido a la ceniza expulsada por la erupción.
La Agencia Meteorológica de Japón informó que la erupción arrojó al aire trozos de roca volcánica, humo y vapor. Se desconocía si salía algún flujo volcánico de la montaña.
“Esto podría suceder en algunas ocasiones”, dijo a NHK Yasuaki Sudo, investigador en el museo del volcán Aso. “Lo más importante es alejarse de la zona de peligro”.
El archipiélago japonés se encuentra en la parte superior del “Anillo de fuego” del Pacífico, y tiene más de 100 volcanes. El Monte Aso registró una erupción más ligera en agosto y en el 2014 hubo algunas que alteraron el turismo en la zona.
Hace unos meses las autoridades cerraron parte de unas fuentes de aguas termales muy populares a unos 80 kilómetros (50 millas) de Tokio debido al temor de que ocurriera una erupción del Monte Hakone, que se encuentra al noreste del Monte Fuji.
La erupción de otro volcán en septiembre pasado, el Monte Ontake, en el centro del país, causó la muerte de 57 personas.