Las visitas a Venezuela en 1985 y en 1996 del papa Juan Pablo II marcaron en su momento una pausa que permitió tomar un respiro a una nación en crisis económica y social.
En su primer periplo en 1985, Juan Pablo II realizó un recorrido frenético de más de dos mil kilómetros en solo 72 horas para visitar Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guayana, donde condenó prácticas como el divorcio, la esterilización, el aborto o la eutanasia.
La crisis iniciada en la década de los años 80 siguió agravándose en los años posteriores y tuvo momentos de clímax durante el estallido social conocido como “El Caracazo” en 1989, o las dos intentonas de golpe de Estado encabezadas por el entonces teniente coronel Hugo Chávez.
La segunda y última visita del “Papa peregrino” a Venezuela se produjo en 1996, en aquella ocasión se limitó a visitar Caracas y el llanero estado Portuguesa, donde inauguró el Santuario de nuestra señora de Coromoto (Patrona de Venezuela), el más grande de este país.
La llegada al poder de Chávez en 1999 marcó un cambio de rumbo para Venezuela, pero fue una continuación de la crispación social que caracterizó al país petrolero desde el agotamiento del modelo mono exportador.
Chávez hizo suyas las críticas de Juan Pablo II hacia el “capitalismo salvaje”, que suele olvidarse de los seres humanos menos favorecidos, aunque el Papa polaco nunca manifestó una opinión sobre el “socialismo bolivariano” implantado en Venezuela.
Sin embargo, El Vaticano sí se mostró preocupado por la crisis política venezolana que alcanzó su punto álgido en el fallido golpe de Estado de abril de 2002 que despojó a Chávez del poder por 48 horas.
Según los cables diplomáticos filtrados por “Wikileaks”, Juan Pablo II estaba preocupado por la “violencia civil”, por lo que pidió a la jerarquía católica venezolana que estimulara un diálogo.
“La Santa Sede está preocupada con la perspectiva de violencia civil en Venezuela en los meses próximos, y el propio Papa ha pedido con insistencia a los obispos venezolanos que enfríen el activismo político y que en su lugar estimulen el diálogo”, apuntó el cable de 2002.
Varias encuestas han mostrado que entre 70 y 80 por ciento de los venezolanos confían en El Vaticano como mediador para un proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición, debido a la alta credibilidad que tiene la institución papal.