La CIA está detrás de la decisión del nuevo gobierno ucraniano de desplegar fuerzas armadas para aplastar la cada vez más audaz insurgencia pro rusa, afirmó el domingo el derrocado presidente de Ucrania.
Al hablar en la televisión estatal rusa, Víktor Yanukóvich alegó que el director de la CIA, John Brennan, se había reunido con la nueva dirigencia ucraniana y sancionó el uso de armas y la provocación de un baño de sangre.
No hubo confirmación independiente de que Brennan estaba en Ucrania o de alguna manera haya participado en la decisión de enviar tropas a la región oriental de Ucrania, donde pro rusos armados han tomado varios edificios del gobierno.
Yanukóvich fue derrocado en febrero tras meses de protestas en Kiev, la capital, y huyó a Rusia alegando que temía por su vida.
Anteriormente se informó que un efectivo de las fuerzas especiales de seguridad de Ucrania murió el domingo y cinco resultaron heridos en un enfrentamiento a tiros con un grupo paramilitar pro ruso en el este del país, dijo el ministro del Interior del país.
Se trata del primer enfrentamiento armado que se reporta en esta región ucraniana, donde uniformados pro rusos han tomado varios edificios del gobierno local en días recientes.
El ministro Arsen Avákov informó el domingo en su página de Facebook que el agente del Servicio de Seguridad perdió la vida en Slovyansk, donde hombres armados y con ropa de camuflaje tomaron una comisaría policial. También reportó un número indeterminado de bajas entre los ocupantes.
Un reportero de The Associated Press en el lugar no advirtió agitación alguna a su llegada el domingo.
La agitación en Slovyansk y en la ciudad industrial de Donetsk fueron los últimos indicios de la tensión en el este de Ucrania, donde hay una gran población de habla rusa. Donetsk era la base de apoyo de Yanukóvich.
Avakov consideró la agitación “una agresión rusa”.
El legislador ucraniano Oleh Lyashko dijo el domingo que las fuerzas ucranianas ocuparon el ayuntamiento, la delegación local de los servicios de seguridad y la comisaría de Slovyansk.
En una conversación telefónica con el canciller ruso Serguéi Lavrov, el secretario de Estado norteamericano John Kerry “expresó su profunda preocupación” de que los ataques “fueran orquestados y sincronizados, de forma parecida a los ataques anteriores en el este de Ucrania y Crimea”, según el Departamento de Estado. Kerry “dejó claro que si Rusia no adopta medidas para disminuir la tensión en el este de Ucrania y retira de la frontera ucraniana sus fuerzas, habrá consecuencias adicionales”, indicó el departamento.
La cancillería rusa contradijo las afirmaciones de Kerry, mientras que Lavrov atribuyó la crisis de Ucrania al fracaso del gobierno ucraniano “por no considerar las necesidades legítimas y los intereses de los rusos y de la población de habla rusa”. Lavrov advirtió además que Rusia podría retirarse de la conferencia de la próxima semana sobre la crisis ucraniana si Kiev emplea la fuerza contra “los residentes del sudeste llevados a la desesperación”.
El secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen dijo el domingo que le preocupa el aumento de la tensión en el este de Ucrania, que considera “una campaña de violencia concertada de los separatistas pro rusos, a fin de desestabilizar Ucrania como Estado soberano”. Fogh Rasmussen relacionó los acontecimientos en la zona con lo sucedido el mes pasado en Crimea, cuando militares sin distintivos ocuparon la península.
“Una nueva interferencia militar rusa, bajo cualquier pretexto, solamente aumentará el aislamiento internacional de Rusia”, indicó.