Los familiares de las víctimas de la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo, se niegan rotundamente a enterrar a sus familiares; esto debido a una temible superstición.
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Luego de casi un mes del accidente en uno de los ductos de Pemex no han dado sepultura a los cadáveres, pues tendrían que hacerlo en un panteón nuevo y los pobladores aseguran que:
“El primer muerto enterrado en un panteón, se lleva también a sus familiares”.
El cementerio municipal ya era insuficiente, por lo que fue ampliado y tiene una nueva zona; el alcalde de la región de San Primitivo, Juan Pedro Cruz Farías, incluso pidió que el sacerdote bendijera el lugar, pero ni así lograron convencer a los familiares.
“Lo que están haciendo es vaciar las tumbas de sus familiares que llevan más de siete años de fallecidos y esas las ocupan”, contó el alcalde.
Tanto es el temor de los pobladores que, como solución, aseguran que debe abrirse una fosa en la zona donde ocurrió la explosión y ahí enterrar a los 130 fallecidos.