Valores familiares y tradiciones, razones para radicar en México

Por Mary Chávez. Corresponsal

Guadalupe, Zac., 9 Ene (Notimex).- México “es un país que me gusta mucho; tanto así que moriría por él”, responde contundente Dayvid Bernard Franke, profesionista estadunidense radicado desde hace más de seis años en Zacatecas, quien se quedó porque le agradan sus valores y tradiciones.

Dayvid nació en Los Angeles, California, en 1970. Ahí creció y estudió. Su padre es ruso y su madre alemana. Ésta última emigró embarazada a Estados Unidos. Luego de ver la primera luz, fue adoptado por una familia norteamericana y unos años después volvió con su mamá biológica.

Por su multiculturalidad e interés, este ruso-americano aprendió a hablar al 100 por ciento inglés, ruso y español, y se da a entender en alemán y árabe.

Es especialista en aeronáutica, matemáticas, artes marciales y tiene formación militar. Llegó a México invitado por la empresa Triumph Group para capacitar al personal de la planta que, en aquel entonces, recién se había instalado en el municipio de Calera, a unos 26 kilómetros de la capital zacatecana.

Al principio, el ingeniero industrial se negaba a venir a México, pero lo convenció la oportunidad y reto que le representaba la instalación de una fábrica de aeronáutica en un lugar donde no existía esta industria: Zacatecas.

Así inició su viaje y aventura a este país que lo fascinó por sus valores culturales y tradiciones, por su variada ecología y donde encontró el amor en la zacatecana Melina González, con quien se casó apenas el 18 de noviembre, tras una relación de seis años. Tienen su domicilio en este municipio conurbado con la capital.

Ahora Franke no desea irse de México, porque aquí está su familia. “Tengo mexicanos que me consideran su hermano y tengo padrinos. Me siento como en mi hogar”, afirma en entrevista exclusiva con Notimex, en la que se encuentra acompañado de su esposa.

Dayvid, deseoso de continuar con su integración y conocimiento del país que lo recibió, actualmente trabaja como instructor y, a la par, estudia Derecho en una universidad privada y ya realiza sus prácticas en un despacho de abogados. Por eso llegó a nuestra reunión con una copia de la Constitución mexicana.

Opina que los mexicanos “son personas muy buenas, muy listas y muy trabajadoras. Si hay flojera en algunas cosas, como en cualquier lado”. En todas partes hay bueno y malo, “no hay lugar en el mundo que es perfecto”, acota.

Por ello, asegura en reiteradas ocasiones durante la entrevista que a él le gusta mucho este país y su gente, tanto que ya se va a quedar aquí y está dispuesto a morir por México.

Recuerda que en la empresa Triumph trabajó durante 10 años, de los cuales seis fueron en la Unión Americana y cuatro en Zacatecas. Renunció a ella cuando le dijeron que tenía que regresar al vecino país. No le importó quedarse sin trabajo. Él ya no quiso irse y tiene dos años generando alternativas para estar aquí.

Entre las razones que encuentra para radicar permanentemente en México –al hacer comparaciones con Canadá, Rusia y Estados Unidos, donde también ha vivido-, refiere los valores familiares y las tradiciones, factores que son los que más le gustan de este país.

“La mayoría de mexicanos son creyentes y de la Iglesia. Estoy de acuerdo con la fe de los mexicanos, porque de esa manera crean valores familiares, que son los ladrillos en los que se construye una sociedad, y sin unidad familiar perdemos todo”, narra mientras sostiene de la mano a Melina.

“Desde mi punto de vista, en Rusia y Estados Unidos hemos perdido esos valores, cosa que sí me gusta mucha de México”, reitera.

En la diversidad de la ecología de México también sustenta su interés de seguir aquí. Tiene playas, bosques y selvas, muchos lugares de riqueza natural para aprovechar y disfrutar.

En general, asegura que la gente mexicana lo ha recibido y tratado “demasiado bien”, aunque reconoce que también se han dado casos en que no es así, pero “está bien. Nadie va a ser aceptado absolutamente”.

Sabe que como extranjero no puede contar con todos los beneficios de un ciudadano mexicano, pero si estuviera en condiciones de que se le concediera un deseo, sería que a los naturalizados se les permitiera servir en el Ejército, como sucede en Estados Unidos.

Y aclara: “Está bien que no se nos deje participar en política, porque tú aceptar al país al que llegas tal y como es o te vas”.

Por ahora, Dayvid vive en Zacatecas con una visa de residencia temporal, aunque ya está planeando obtener su naturalización; no por necesidad al haberse casado con una mexicana, sino porque la quiere y ya cumplió el tiempo requerido para solicitarla.

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