El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) se unieron este martes a Save the Children, Visión Mundial y otros aliados. Pidieron a los gobiernos, a los organismos de socorro y al público en general que apoyen la iniciativa “Que no se pierda una generación“, cuyo objetivo es proporcionar a las personas afectadas por el conflicto la posibilidad de configurar un futuro más estable y seguro.
Si se logra recaudar mil millones de dólares, las organizaciones se enfocarán en crear programas esenciales de educación y protección para sacar a cerca de un millón de niños sirios de la miseria, el aislamiento y el trauma, dijo en rueda de prensa en Ginebra el portavoz de UNICEF, Patrick McCormick. Esta estrategia se da a conocer de cara a una importante conferencia de donantes que se celebrará la semana próxima en Kuwait para deliberar sobre la ayuda humanitaria a Siria.
También, agregó McCormick, se ha iniciado una importante campaña de participación pública con el hashtag #childrenofsyria, utilizando las redes sociales para reclutar partidarios influyentes y colaboradores públicos. “A medida que el conflicto se acerca a otro doloroso aniversario, no podemos quedarnos sentados y ver cómo desaparece toda una generación delante de nosotros”, dijo por su parte en un comunicado el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.
“Ha llegado la hora de que el mundo de un paso al frente y proporcione a los niños afectados por la crisis nuevas esperanzas y confianza en su futuro”. “Si les fallamos a estos niños ahora, toda una región perderá una generación de potenciales líderes, maestros, ingenieros, médicos y ?sobre todo? pacificadores, de quienes depende la esperanza de una sociedad estable, próspera y saludable”, argumentó.
Durante casi tres años, los niños de Siria han sido las víctimas más vulnerables del conflicto, ya que han tenido que ver cómo morían sus familias y seres queridos, se destruían sus escuelas y se minaban sus esperanzas.
Además los niños han sufrido lesiones físicas, psicológicas o de ambos tipos y son también cada vez más vulnerables a las peores formas de explotación, como el trabajo infantil, el reclutamiento en grupos y fuerzas armados, el matrimonio precoz y otras formas de violencia por motivos de género. Más de un millón de todos los refugiados sirios son niños, de los que más de 425 mil son menores de cinco años, indicó UNICEF.
La gran mayoría de estos refugiados ha huido al Líbano, Jordania, Turquía, Egipto o Irak y se considera que cerca de ocho mil niños han quedado separados de sus familias. Sin embargo, la situación de los más de tres millones de niños desplazados en Siria es aún más grave, subrayó McCormick.
ACNUR, UNICEF, Save the Children, Visión Mundial y otros aliados en la región canalizarán los mil millones de dólares en programas que, en colaboración con los gobiernos y las comunidades locales, ofrecerán educación sin riesgos y protección contra la explotación, abuso y violencia.
Asimismo dará atención y apoyo psicológico, y ampliarán las oportunidades para la cohesión social y la estabilidad en una región ya inestable. Estos programas incluyen fortalecer los sistemas nacionales y comunitarios de protección de la infancia, agregó.
La iniciativa también ampliará el acceso a una educación de calidad, incorporando planes de estudio acelerado para los niños que no asisten a la escuela, formación profesional, capacitación de maestros y programas de incentivos. Dentro de Siria, el acceso seguro a la educación para los niños en edad escolar y los adolescentes internamente desplazados es absolutamente fundamental, señaló el UNICEF.
La iniciativa “Que no se pierda una generación” proporcionará enseñanza de recuperación y apoyo psico-social por medio de clubes escolares para los niños en edad pre-escolar y otros niños que están fuera de la escuela. “Los niños de Siria han tenido que soportar diariamente horrores y desgracias que solamente podemos imaginar, y sus sueños en el futuro están a punto de desmoronarse”, dijo Lake.
“Evitar la pérdida de una generación requerirá más apoyo, compromisos mayores y más audaces, y una renovada solidaridad para que los niños no sólo sobrevivan a este conflicto, sino que salgan del mismo con su esperanza en un futuro mejor”, concluyó.