La madrugada del viernes, se registro un motín dentro de la cárcel de Roraima al norte de Brasil; ha dejado un saldo de 31 presos muertos al ser asesinados bruscamente y todo a cuatro días de que, en un presidio de Manaos, durante una venganza murieran 56 personas por una lucha entre bandas para controlar la venta de drogas.
Al igual que en la capital de Amazonas, los presos fueron decapitados, mutilados y desmembrados, así es como a través de unas fotografías de la agencia AFP se notan decenas de cuerpos alrededor de una gran cantidad de sangre.
Uziel Castro, secretario de Justicia de Roraima. Expresó que “La barbarie ocurrió sobre las 02:00 de la mañana (06H00 GMT). No hubo intercambio de tiros, las víctimas fueron asesinadas con objetos cortantes o armas artesanales”.
La Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo (Pamc) se encuentra a las afueras de Boa Vista, capital de Roraima, está sobrepoblada al doble de su capacidad; contando con 1.400 pesos, y es la mayor prisión de este estado fronterizo con Venezuela.
Según información de las autoridades, la tragedia ha sido una reacción por la masacre de Manaos, así el ministro de Justicia Alexandre de Moraes dijo: “No es, aparentemente, una venganza del Primer Comando de la Capital-PCC en relación a la Familia del Norte (las dos bandas enfrentadas en Manaos, ndlr)”.
Lamentablemente las víctimas no pertenecen a ninguna banda, ya que las facciones fueron separadas el año pasado, complementó Castro.
El 17 de octubre, asesinaron a diez reclusos en la Pamc, decapitados o quemados vivos y ocho más murieron en una cárcel de Rondonia, también en el norte de Brasil.
El presidente Michel Temer, tras las críticas por su largo silencio ante lo sucedido en Manaos, ésta vez por medio de un comunicado lamentó lo sucedido.
Ante hechos pasados, el pasado jueves se habría anunciado la construcción de nuevas cárceles en todos los estados y centros de máxima seguridad y expertos expresaron que de lo contrario podrían sumarse nuevas tragedias.