Este miércoles se informó por parte de funcionarios de Indonesia que los buzos y un vehículo submarino no tripulado localizaron la cola del avión de AirAsia, el cual se accidentó en el mar de Java hace 11 días.
Las fuertes corrientes y aguas turbias siguen obstaculizando la operación, pero los rescatistas pudieron tomar una fotografía de los restos luego de que fuesen descubiertos por un barco de investigación indonesio, dijo a periodistas Henry Bambang Soelistyo, jefe de la Agencia de Búsqueda y Rescate de Indonesia.
En una imagen distribuida por la agencia aparece una “A” boca abajo pintada en una pieza de metal.
El hallazgo es especialmente importante porque las importantes cajas negras, los dispositivos que graban las voces en cabina y registran los datos de vuelo, están localizadas en esa parte del avión. Pequeñas piezas de la aeronave, como asientos y una puerta de emergencia, habían sido recogidas antes del agua.
“Hoy descubrimos la parte del avión que era nuestro principal objetivo desde ayer”, explicó Soelistyo. “Puedo asegurar que es una parte de la cola con el logo AirAsia “.
Tony Fernandes, director ejecutivo de la aerolínea, dio la bienvenida a la noticia.
Si el fragmento que aparece en las imágenes es la parte derecha de la sección de cola, tuiteó, entonces la grabadora de voz de la cabina y el dispositivo que registra los datos de vuelo, conocidos como cajas negras, “deberían estar ahí”.
El director ejecutivo de AirAsia dijo que la prioridad de la compañía sigue siendo recuperar los cuerpos “para suavizar el dolor de nuestras familias”.
La empresa indicó que las familias de las víctimas recibirían una compensación de acuerdo con las leyes de Indonesia.
Los familiares recibirán 100.000 dólares (1.250 millones de rupias), indicó a la prensa en Surabaya Sunu Widyatmoko, presidente de AirAsia Indonesia.
Hasta el momento se han encontrado 40 cuerpos, incluyendo uno más anunciado el miércoles, pero el tiempo se está agotando.
A las dos semanas, la mayoría de los cadáveres se hundirán, dijo Anton Castilani, jefe de la unidad de identificación de víctimas en desastres del país, y ya se han registrado signos de avanzada descomposición. Funcionarios esperan que la mayoría de los más de 120 cuerpos que quedan por recuperar se encuentren atrapados en el fuselaje.
El Airbus A320 se cayó el 28 de diciembre, a medio camino de su viaje de dos horas entre la segunda ciudad de Indonesia, Surabaya, y Singapur, matando a todos los que iban a bordo. No está claro qué causó el accidente, pero se cree que el mal tiempo fue un factor importante.
Justo antes de perder el contacto, el piloto dijo a los controladores aéreos que se aproximaba a nubes amenazadoras, pero le denegaron el permiso para ganar altura debido al intenso tráfico aéreo. La aeronave no emitió ninguna señal de alarma.
Encontrar las cajas negras sería clave para la investigación. Proporcionan información esencial incluyendo las velocidades vertical y horizontal del avión junto con la temperatura del motor y las últimas conversaciones entre el capitán y el copiloto. A las balizas que emiten señales para su localización les quedan todavía batería para unos 20 días, pero el oleaje alto ha impedido desplegar barcos para identificar ese rastro.
Barcos equipados con dispositivos sonar también identificaron lo que creen son partes del fuselaje del avión. Se han hallado varias piezas grandes más, la mayor de ellas de 14 por 4 metros, aunque no se ha recibido todavía conformación visual.
La zona en la que se buscan cuerpos y restos se amplió esta semana luego de que las fuertes corrientes desplazasen los restos, dijo el coordinador de las operaciones de búsqueda y rescate de Indonesia, Tatang Zainudin.
Además de las fuertes lluvias y vientos, el monzón ha convertido el mar de Java en un cuenco de lodo.
Pero en algunos aspectos es uno de los mejores lugares para buscar un avión desaparecido, especialmente cuando se compara con la extrema profundidad de las aguas del océano Índico donde rescatistas siguen intentando dar con el vuelo 370 de Malaysia Airlines, al que se le perdió la pista el pasado marzo con 239 personas a bordo.
Las aguas en la zona de esta tragedia son poco profundas, pero esta es la peor época del año para una operación de rescate al tratarse de la temporada de lluvias, que han llenado el mar de limo y lodo procedentes de los ríos.
“Como el mar de Java es una cuenca tan cerrada, y no hay realmente grandes corrientes que lo crucen, todo permanece allí una buena temporada y las olas hacen para que los sedimentos se hundan lentamente en el fondo “, dijo Erik van Sebille, oceanógrafo de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney, Australia.
Dijo que las condiciones también hacen que sea un ambiente especialmente peligroso para los buzos porque el agua es oscura y turbia, facilitando que se corten con restos irregulares o incluso puedan quedarse atrapados. Durante la estación seca, añadió, es probable que sea fácil de ver el avión bajo el agua desde el cielo.