Bruselas, 25 Ene (Notimex).- La tensión entre Serbia y Kosovo ha empezado a relajarse tras una reunión entre los gobernantes de ambos países en Bruselas, afirmó hoy la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Los presidentes serbio, Tomislav Nikolic, y kosovar, Hashim Thaçi, trataron los eventos de los últimos días, acordaron dejar atrás la tensión y centrarse en el trabajo que hay por delante, dijo Mogherini, quien intermedió el encuentro celebrado la víspera.
Una serie de incidentes e intercambio de acusaciones llevaron a los analistas a temer un nuevo conflicto armado entre el país balcánico y su ex provincia, que en 2008 se declaró independiente, en un movimiento unilateral hasta ahora no reconocido por el gobierno de Belgrado.
El detonante de la crisis ha sido la apertura de una nueva línea ferroviaria entre Belgrado y la ciudad kosovar de Motrovica, donde vive una importante población de origen serbia.
Para inaugurar el trayecto, Serbia envió un tren de pasajeros decorado con la inscripción Kosovo es Serbia en 21 idiomas.
Pristina lo consideró como una provocación y desplegó en la frontera una unidad de la policía especial para impedir el paso del tren.
El primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, afirmó que el gobierno kosovar pretendía estallar el tren y masacrar sus pasajeros, mientras que Nikolic amenazó con enviar el ejército a Kosovo para proteger los serbo-kosovares.
En respuesta, Taçi acusó a Belgrado de intentar anexionar el norte de Kosovo, como hizo Rusia con la península ucraniana de Crimea.
Mogherini resaltó la importancia de restablecer la calma para toda la región balcánica, escenario de violentos conflictos étnicos en los años 90.
Para ello, Belgrado y Pristina aceptaron intensificar el diálogo en los próximos días, en un espíritu de respecto, cooperación y comprensión mutua, dijo la diplomática europea.
Les agradezco por su apertura y fuerte compromiso. Estoy animada por el liderazgo, visión y compromiso mostrados hoy por los líderes políticos para solucionar temas de mutua preocupación a través del diálogo, concluyó.
Entre 1998 y 1999, Kosovo fue destruido por una guerra civil entre la mayoría albanesa y la minoría serbia apoyada por Belgrado, encerrada gracias a la intervención de la OTAN, que aún mantiene tropas de paz en el país.