La Misión de Ucrania afirmó que desde el 24 de febrero pasado, las tropas rusas se han desplegado en buques militares, helicópteros y aviones de carga, con lo que intentan requisar, bloquear y tomar el control de oficinas gubernamentales cruciales en Crimea.
Ucrania manifestó que entre las instalaciones tomadas en Crimea figuran el Parlamento, todos los aeropuertos civiles y militares, los medios de comunicación, las estaciones de radio, los servicios de aduana, y las bases militares y de guardacostas.
Destacó además que la toma incluyó las oficinas centrales de la marina de Crimea, además de que todos los caminos estaban bloqueados, al igual que las salidas al Mar Negro.
La misiva sostuvo que los militares rusos casi cada media hora cometen provocaciones en Crimea, lo que incluye el uso de granadas de salva, y que por ello un oficial ucraniano resultó herido en la cabeza y requirió hospitalización.
En un debate abierto en el Consejo de Seguridad, el representante permanente de Ucrania ante la ONU, Yuriy Sergueyev, solicitó al organismo usar todas las herramientas a su alcance para garantizar la integridad territorial de su país.
Sergueyev alertó que la presencia de Rusia en Crimea sugiere que habrá una posible intervención rusa en otras parte de Ucrania, y que pese a la presencia militar de Rusia, su país ha evitado ejercer una activa defensa de su territorio.
En respuesta, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, aseveró que la movilización militar en Ucrania es legal, y que según acuerdos bilaterales es posible que 25 mil efectivos rusos puedan ser desplegados en territorio ucraniano.
Insistió en que la presencia militar rusa es apropiada y legítima, debido a que minorías en ese país, en especial los rusohablantes, se encuentran bajo amenaza.
Churkin mostró además una carta del depuesto presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, que Rusia sigue reconociendo como mandatario legítimo de Ucrania, en la que pide la intervención militar rusa con el fin de asegurar la estabilidad en el país.
La versión ofrecida por Churkin fue rechazada por la representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, quien declaró que no existe ninguna evidencia de que las comunidades rusas o prorrusas en Ucrania estén bajo amenaza.
Power afirmó que la movilización de Rusia es una repuesta a una amenaza imaginaria, y que no tiene ninguna base legal, debido a que el Parlamento ucraniano la ha rechazado.
Reiteró que la salida a la crisis en Ucrania no es complicada, y que debe empezar por un diálogo entre Rusia y el nuevo gobierno ucraniano.
Añadió que observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) serían destacados este lunes en Ucrania.
Lo que pasa ahora es una peligrosa intervención militar en Ucrania, un acto de agresión que debe detenerse, agregó.
Los argumentos de Power fueron apoyados por los representantes de Francia, Reino Unido y Lituania, en tanto que miembros como Ruanda, China y Nigeria subrayaron la necesidad de lograr una resolución pacífica de la crisis.