La contratación revelada el lunes en un documento regulatorio significó el fin de una búsqueda de tres meses de un nuevo líder por parte de Twitter. Se tratará de la segunda temporada de Dorsey como director ejecutivo desde que ayudó a iniciar la empresa de San Francisco hace más de nueve años, junto con Evan Williams, Biz Stone y Noah Glass.
Twitter despidió a Dorsey durante su primera vez como director, pero ahora el consejo de administración del sitio parece convencido de que tiene la madurez para solucionar los problemas que ha hecho que las acciones de la empresa hayan perdido casi la mitad de su valor en los últimos cinco meses.
Dorsey, de 38 años, ya ha tenido experiencia en el trabajo. Se volvió director general interino de Twitter en julio después de que el ex comediante y empresario veterano Dick Costolo renunció en medio del descontento de los accionistas.
Se cree que Twitter habría contemplado a su director de ingresos, Adam Bain, y a varios otros candidatos antes de decidirse por Dorsey. Bain, de 42 años, fue nombrado director de operaciones al mismo tiempo que se anunció el nombramiento de Dorsey.
Dorsey ya no será el presidente de consejo en Twitter, pero continuará como director general de Square Inc., una compañía que él cofundó en 2009, mientras se prepara la oferta pública inicial de acciones de esa empresa.
De este modo, el directorio de Twitter se retractó de una promesa emitida a finales de junio, cuando dijo que elegiría un director general capaz de hacer un “compromiso de tiempo completo” con la compañía.
Como director general simultáneo de dos empresas, Dorsey seguramente traerá más comparaciones con el cofundador de Apple Steve Jobs, una comparación que Dorsey nunca ha desalentado.
Las oficinas centrales de Twitter y de Square están a una cuadra entre sí, lo que posiblemente le facilitará a Dorsey dividir sus funciones en ambas compañías.
El analista Colin Sebastian, de la firma RW Baird, dijo que la decisión está en la dirección correcta para Twitter.
“Creemos que Dorsey tiene la visión y la influencia organizacional necesarias para hacer frente a algunos de los principales retos de Twitter (es decir, la adquisición de usuarios, ritmo de mejora de la plataforma, perspectivas de monetización a largo plazo”, escribió Sebastian.