Bogotá, 21 Ene (Notimex).- El discurso de toma de posesión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue calificado por diferentes analistas y la prensa colombiana como nacionalista y una verdadera ruleta rusa hacia el futuro.
El editorial del diario El Tiempo sostuvo que el horizonte en la Casa Blanca es de nacionalismo y la era Trump será enclave de un patriotismo inédito.
En su discurso repitió el tono antiestablecimiento, antipolítico, de su campaña, que incluyó dardos a la clase política y a Washington como su ambiente natural; si sus palabras luego de su juramento insistieron en la idea de un patriotismo que ponga los intereses de Estados Unidos por encima de los intereses de los demás lugares del mundo.
La prestigiosa revista Semana fue más allá, y título El aprendiz de brujo, con un análisis Felipe Restrepo Acosta, en el que se planteó que el resto del planeta está aterrado por la ruleta rusa en la que se puede convertir la administración de Donald Trump.
El discurso del magnate brilló por su carácter nacionalista, populista y por la ausencia de gestos conciliatorios, destacó.
En el mundo nadie sabe a ciencia cierta qué amenazas de campaña se van a convertir en realidad, el hecho de que tras el 8 de noviembre haya continuado sus ataques a México, China, Europa, desde su cuenta de Twitter, acabó con la esperanza de que el Trump presidente sea diferente del candidato.
Adam Isacson, asociado de WOLA, organización líder en investigación e incidencia que promueve los derechos humanos en las Américas, dijo en un análisis publicado en la prensa local que en su discurso Trump no hizo nada para sanar las heridas del pasado.
Lo primero es que no fue un discurso conciliatorio, sino un discurso que buscaba atacar a todos los que han gobernado antes, incluso al Congreso y a expresidentes de los dos partidos, tildándolos como parte del establecimiento que él quiere reemplazar.
Trump volvió a usar EE.UU. primero como su lema principal y hasta se sentía un poco de resentimiento con el resto del mundo (…).
Hay una visión de que en realidad ve a otros países como parásitos, socavando la riqueza y la seguridad de EE.UU (…) Lo preocupante es que no hizo nada para sanar las heridas de la campaña, destacó Isacson.
El discurso de Trump fue clásico populista. Invocó al pueblo muchas veces. Dijo que su victoria era la victoria del pueblo, y que el pueblo va a tener poder a través de él.
El gobierno de Trump no será de proteccionismo radical. Pero podemos olvidarnos del acuerdo TPP. Es bastante posible que trate de renegociar el tratado de libre comercio (TLC) con México, pero no creo que se renegocie el de Colombia porque no se pierden muchos trabajos de fábricas allí.
No creo que vaya más allá, pero puedo estar equivocado. Trump tiene un proteccionismo que no vemos desde hace medio siglo, aseveró Isacson.