Por Rubén Barrera. Corresponsal
Washington, 19 Ene (Notimex).- Donald Trump prometió esta noche trabajar duro para transformar a Estados Unidos durante los próximos cuatro años, defender la planta laboral, arraigar los empleos, reconstruir las fuerzas armadas y fortalecer las fronteras.
“Vamos a traer de vuelta nuestros empleos. No vamos a dejar nunca más que otros países tomen nuestros trabajos”, dijo el presidente electo ante miles de personas reunidas en el Monumento a Abraham Lincoln, un día antes de asumir el poder.
Ahí, Trump adelantó que su gobierno llevará a cabo una profunda transformación, que implicará el fortalecimiento de las fuerzas armadas, al igual que la frontera con México, donde ha prometido construir un muro con cargo a los mexicanos.
“Vamos a hacer cosas que no se han hecho en nuestro país por muchas, muchas décadas. Va a cambiar, se los prometo, va a cambiar”, agregó.
Acompañado de su esposa Melania y sus cuatro hijos mayores, Trump subió las escalinatas hasta la base de la enorme estatua del presidente mártir, donde con solemnidad escuchó el himno “Gloria, Gloria Hallelujah”.
Así, con un espectáculo de luz, sonido y fuegos artificiales, se inició la era Trump, aunque será mañana después del mediodía cuando el millonario neoyorquino se convierta oficialmente en el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos.
Su aparición frente al monumento de mármol blanco fue la única en un escenario abierto que Trump tuvo este jueves, poco después de su arribo a la capital antes del mediodía.
Con su familia, presidió primero una comida con líderes y congresistas republicanos y algunos de quienes integrarán su gabinete, en un lujoso salón de su hotel en esta capital, protegido por un amplio cordón de policías y agentes del Servicio Secreto.
Posteriormente, se trasladó hasta la casa Blair, la pequeña residencia ubicada frente a la Casa Blanca que en la mayoría de los casos es utilizada para albergar a dignatarios extranjeros y visitas de Estado, y se instaló junto con su esposa y su hijo menor Barron.
Después, con el vicepresidente electo Mike Pence y custodiado por una docena de vehículos del Servicio Secreto, Trump viajó en un vehículo blindado al Cementerio Nacional de Arlington, en la vecina Virginia, para depositar una ofrenda ante la tumba del soldado desconocido.
Mañana viernes, Trump y su familia atenderán un servicio religioso en la pequeña catedral de San Juan, frente al parque Lafayette, visitada por la mayoría de los mandatarios, y de ahí se trasladarán a la Casa Blanca para un té de recepción en el pórtico sur.
La ceremonia de juramentación está prevista en el Capitolio.
Después de presidir el desfile militar frente a la Casa Blanca, Trump, ya investido como presidente, atenderá cuatro de los bailes oficiales que se han programado para marcar su primer día como mandatario.