KABUL, Afganistán (AP) Tropas del gobierno de Afganistán recuperaron el control de la principal plaza de Kunduz, una ciudad estratégica en el norte del país que los insurgentes talibanes tomaron brevemente la semana pasada, dijeron funcionarios el miércoles.
Durante la batalla para recuperar la ciudad, un bombardeo estadounidense destruyó un hospital gestionado por Médicos Sin Fronteras, matando al menos a 22 personas. La organización humanitaria pidió el miércoles una misión independiente que investigue si el ataque infringió la Convención de Ginebra.
Mientras tanto, algunos “elementos dispersos del enemigo” permanecían en zonas residenciales de Kunduz, indicó un portavoz del presidente afgano, Ashraf Ghani, y proseguían las tareas para expulsar a los talibanes de la ciudad.
“Fuerzas afganas tienen control de la ciudad de Kunduz, aunque algunos elementos dispersos del enemigo siguen ocultos en zonas residenciales dentro de viviendas particulares”, dijo el viceportavoz Zafar Hashemi. “En ocasiones, esto podría reducir la velocidad de nuestras operaciones militares, ya que ponemos el máximo esfuerzo en no dañar a los civiles”.
Ghani ordenó que continúen las operaciones para “limpiar por completo de grupos terroristas la ciudad, provincia y toda la región nordeste”, añadió.
Insurgentes talibanes tomaron durante tres días la ciudad de Kunduz, capital de la provincia del mismo nombre, antes de que tropas gubernamentales lanzasen una contraofensiva el pasado jueves. Tras aislar la ciudad y minar las carreteras, los talibanes saquearon y quemaron edificios gubernamentales y negocios y acosaron a periodistas y trabajadores defensores de los derechos humanos y de las mujeres.
El gobierno lanzó su contraofensiva el jueves y desde entonces las tropas han librado combates intermitentes con los insurgentes, que atacaron a las fuerzas de seguridad en varios incidentes a las afueras de la ciudad, según autoridades y vecinos.
Las autoridades dijeron el miércoles que no tenían cifras concretas de bajas, aunque se cree que los muertos y heridos se cuentan por centenares.
El gobierno había recuperado el miércoles el control de la plaza principal, que cambió de manos varias veces y donde cada bando fue derribando la bandera rival e izando la suya.
“La bandera nacional ondea sobre la plaza principal, las tiendas reabrieron sus puertas y la vida está volviendo a la normalidad”, dijo, añadiendo que las principales carreteras en dirección este y sur fueron reabiertas y el tránsito volvió a fluir.
Sin embargo, la situación seguía siendo inestable, con combates a las afueras de la ciudad en los últimos días. Los milicianos se reagruparon en el distrito de Chahar Dara, al oeste, donde tienen presencia desde hace varios meses, según vecinos de la zona.
Bilal Ahmad, un comerciante, dijo que dudaba sobre su abrir su tienda el miércoles por el ambiente de inestabilidad en la ciudad. Tanques del ejército avanzaron hacia la plaza principal de la ciudad, explicó.
En Suiza, MSF pidió que se forme por primera vez una comisión de investigación amparada en la Convención de Ginebra.
La presidenta internacional de la organización dijo a la prensa en Ginebra que el bombardeo “no fue sólo un ataque contra nuestro hospital, fue un ataque contra la Convención de Ginebra. Esto no puede tolerarse”.
MSF “trabaja sobre el supuesto de un posible crimen de guerra”, dijo Liu, aunque el objetivo real del grupo es establecer los hechos sobre el incidente y la cadena de mando que llevó al bombardeo, así como aclarar las normas de funcionamiento para todas las organizaciones humanitarias que operan en zonas de conflicto.
El comandante de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, el general John F. Campbell, dijo el martes que el ataque había sido un error y se han abierto investigaciones al respecto.
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Los periodistas de Associated Press Humayoon Babur en Jabul, Afganistán, y Jamey Keaten en Ginebra, Suiza, contribuyeron a este despacho.