En un acto histórico, este miércoles 6 de diciembre, a la 1 de la tarde, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dará la orden oficial al Departamento de Estado, para comenzar el proceso de traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv, a la ciudad de Jersalén, en Israel.
Según un funcionario que quiso conservar en anonimato, Trump “reconoce que las fronteras específicas de la soberanía israelí en Jerusalén estarán sujetas a negociaciones de estatus final”. También reveló que el presidente seguirá apoyando el “statu quo en el Monte del Templo”.
El proceso de traslado de la embajada estadounidense podría tomar años, ya que, como afirmó la fuente anónima, “Hay alrededor de 1,000 personas trabajando en la embajada en Tel Aviv, y no tenemos una instalación que pueda acogerlos en Jerusalén. Llevará tiempo encontrar un lugar, asegurarnos de que es seguro, diseñar una nueva embajada y construirla”.
Con este suceso Estados Unidos se convertirá en el único país del mundo que reconozca a Jerusalén como capital de Israel. De igual modo Estados Unidos será el primer país en tener su embajada en dicha ciudad.
Finalmente, la Casa Blanca considera que esta decisión será “un reconocimiento de una realidad, tanto histórica -Jerusalén ha sido la capital del Estado judío desde la antigüedad- como moderna, porque ha sido la sede del Gobierno israelí desde la fundación moderna de ese Estado en 1948”, como afirmó la fuente.