“La estructura inicial ha sido relativamente débil en fuerza, pero dicho lo cual generalmente toma alrededor de 24 horas para que transpiren a plenitud este tipo de eventos, por lo que una tormenta más fuerte es ciertamente posible todavía”, señaló la institución.
La CME es un evento cósmico que tiene el potencial de lanzar al espacio miles de millones de toneladas de partículas, sin embargo, en esta ocasión el impacto de la tormenta geomagnética ha sido “modesto”. Aunque no puede penetrar la atmósfera terrestre, pero pueden afectar la operación de sistemas electrónicos o satelitales. Hasta el momento no se ha reportado problemas asociados a la tormenta.
El SWPC, dependiente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de (NOAA) Estados Unidos, estimó que la mancha solar es una de las más grandes en registro, con más de 200 mil kilómetros de grosor.
Aunque el núcleo de la CME es más de tres veces mayor que la Tierra, la NOAA consideró “improbable” un aumento de la actividad cósmica. “La tormenta de radiación solar permanece cerca de un umbral moderado, y continúa su tendencia hacia niveles menores”, señaló. Desde la Tierra, el fenómeno es observable a través del despliegue de gigantescas auroras boreales sobre la atmósfera en algunas regiones del planeta, en especial en el estado de Alaska.