México, 3 Ene (Notimex).- El tenor mexicano Francisco Araiza se encuentra gratamente sorprendido con los 12 alumnos seleccionados del Conservatorio Nacional de Música (CNM) y la Escuela Superior de Música (ESM), a quienes desde el mes pasado imparte la cátedra de excelencia musical que lleva su nombre.
El reconocido cantante mencionó que se quedaron sorprendidos con la calidad y recordó que habían pronosticado ocho cantantes del Conservatorio y cuatro de la Escuela y así calificaron, no teníamos que hacer nada más.
Se trata de la cátedra Francisco Araiza, que gracias a la iniciativa de María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y en el marco del 150 aniversario de la fundación del Conservatorio, se imparte precisamente en esa institución académica.
Una vez que inició la cátedra, los oímos por primera vez juntos, otra vez, y no hay nadie que desmerezca, ni uno solo, están en gran nivel y los vamos hacer unos cantantes, unos artistas completos en dos años, pues se imparte una semana por mes, porque se trata de un estudio de posgrado, señaló Araiza.
Subrayó que el propósito de la cátedra es múltiple, pero principalmente seguir el principio de la Biblia de que si tú no vas a la montaña, entonces la montaña viene a ti.
Queremos con esta cátedra crear una clase de tan alta calidad que les permita a los jóvenes cantantes mexicanos de grandísimas dotes, verdaderamente superdotados, quedarse aquí en México, en esta institución Conservatorio Nacional de Música, para aprender a cantar a un nivel excelso internacional, comentó Araiza a Notimex.
Abundó que con este proyecto se busca evitar que tengan que salir al extranjero y darse a la aventura de quizá, si tienen suerte, encontrar un buen maestro, que no abundan, es muy difícil y hay muy pocos.
Y con todo lo que conlleva tener que aprender el idioma, salir de la patria, tener que valerse por sí mismos, conseguir apoyos, disciplinarse de una manera tal que a la primera llegada tarde no los corran, porque así es la disciplina en el extranjero, mencionó.
Lo que se les ofrece aquí -insistió- es un estudio a nivel internacional, de primer orden, por eso también la asistencia del maestro Alexander Pashkov, en quien tenemos una plataforma de ayuda excelsa, es un maestro concertista de primer orden que solo por amistad y por respeto está acompañando nuestra clase y nos honra con esa presencia, precisó el tenor.
Para esta cátedra, el intérprete dijo que se formaron unos grupos de selección de profesores del Conservatorio Nacional de Música y la Escuela Superior de Música, estos dos gremios estuvieron presentes en las audiciones de los alumnos que consideraron aptos para tener oportunidad o aspiración a formar parte de esta docena de elegidos.
Escogimos a ocho cantantes del Conservatorio Nacional de Música y a cuatro de la Escuela Superior de Música, por lo que estamos muy contentos, porque no es solamente la voz y el talento, sino es también el tipo de personalidad, si son de naturaleza que se puedan integran y formar esa sensación de equipo, aseguró.
Queremos verdaderamente a jóvenes artistas de gran potencial, de capacidad internacional, que tienen aspiración de poder salir y triunfar, pero les ahorramos el camino hacia afuera y los hacemos aquí en México, serán made in Mexico, pero con posibilidades de ir a presentarse a cualquier parte del mundo y salir airosos.
Francisco Araiza nació en la Ciudad de México el 4 de octubre de 1950. Aprendió vocalización con Irma González y repertorio alemán con Erika Kubacsek en el Conservatorio. Debutó en concierto en la Ciudad de México, en 1969, y al año siguiente en la ópera Fidelio, de Ludwig van Beethoven, bajo la dirección de Eduardo Mata.
En Múnich, Alemania, tomó clases maestras en la Hochschule fur Musik und Theater con Eric Werba y Richard Holm como parte del premio por haber ganado la competencia de la Radio Bávara. Fue miembro de la Ópera de Karlsruhe de 1974 a 1977. Su debut europeo en la ópera fue en 1975 en la misma ciudad en Cosi fan tutte, de Wolfgang Amadeus Mozart, bajo la dirección de Klaus Weise.