Quiroga dijo a Notimex que este invierno, el más intenso y frío en más de un siglo, es producto del llamado “efecto ártico”, y destacó que a su vez, éste es ocasionado por el calentamiento global del planeta.
Precisó que el deshielo del Ártico “afecta los patrones de viento y clima del hemisferio norte, llevando a ciclos de veranos muy cálidos que tienden a extenderse hasta el otoño, e intensos inviernos que pueden prolongarse hasta la primavera”.
El promotor del establecimiento del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono añadió que la alteración de los patrones de viento posibilita inviernos extremos sobre el este de Norteamérica, Europa occidental y la región del Mediterráneo.
Esta alteración afecta el fenómeno del anticiclón de Siberia y propiciaría inviernos extremos en Rusia, el noroccidente de China, norte de la India y Europa central, añadió el ambientalista.
Recalcó que el vórtice polar que controla el patrón de vientos tiende a desestabilizar temporalmente el anticiclón del Ártico y las corrientes en chorro, desplazando aire ártico sobre el norte de Europa y noreste de Norteamérica.
Advirtió que eso explicaría en parte las actuales nevadas en Norteamérica, junto con los frentes fríos provenientes del Pacífico norte.
Quiroga dijo que hay la posibilidad de que el actual invierno sea el de mayor intensidad en más de un siglo, y sus temperaturas extremas nos acerquen a las de hace mas de 150 años, propias de los periodos de “pequeña glaciación”.
Recordó que el pasado 13 de diciembre nevó sobre El Cairo, capital de Egipto, donde se registró la más fría temperatura invernal desde el 10 de enero de 1855, hace 158 años.
Esto tendría relación con los 37 años de calentamiento global, el más prolongado en mil años, desde que en la Edad Media un fenómeno similar llevó a ciclos de extremos inviernos en el hemisferio norte conocidos como la “pequeña glaciación”, hasta la mitad siglo XIX.
El deshielo ártico del pasado 2012 fue el mayor desde que comenzaron las mediciones por satélite en 1979, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) de Estados Unidos, superando la marca anterior de 2007, finalizó Quiroga.