México, 02 Sep.- Un grupo de arqueólogos trabaja en el desarrollo de una cámara digital de tercera dimensión, que podría contribuir al registro y rescate de monumentos y edificios históricos, que se encuentran en riesgo de desaparecer a consecuencia de los conflictos armados y ataques que se viven en el mundo.
Luego de que en junio pasado, un par de arqueólogos chinos crearan hologramas de tamaño real de las estatuas de Buda de Bamiyán, destruidas 14 años atrás por bombardeos talibanes, vieron una oportunidad para preservar sitios históricos de Oriente Medio que podrían ser capturados, impresos en tecnología 3D y montados en caso de que sean destruidos.
El proyecto que es una iniciativa del Instituto para Arqueología Digital (IDA por sus siglas en inglés), y en donde participa personal de las universidades de Oxford y Harvard, tiene un presupuesto asignado de 2.3 millones de dólares, con lo que buscarán preservar digitalmente, los sitios más preciados del mundo.
A cinco años de trabajo de investigación y preservación, la propuesta del Instituto vuelve a llamar la atención, luego de que la ONU confirmara que el edificio principal del templo Baal Shamin, que se ubicaba en la localidad arqueológica de Palmira en Siria, fue destruido por ataques terroristas del grupo del Estado Islámico (EI).
Roger Michel, director ejecutivo de IDA explica que las imágenes en 3D de edificios y artefactos podrían ser usadas en el futuro para construir réplicas de monumentos destruidos, y no descarta la idea de que dichas réplicas, sean impresas también en tecnología 3D.
Para este proyecto, ha sido diseñada una cámara especial por Alexy Karenowska, una física de la Universidad de Oxford quien explica que la tecnología digital, la óptica y su funcionamiento relativamente fácil de operar, la convertirían en una de las cámaras más baratas del mercado, con un precio aproximado de 27 dólares.
Los primeros esfuerzos ya han comenzado a surgir en esto que Michel, ha denominado una carrera contra el tiempo. Por ello, los investigadores han fijado la meta de distribuir para diciembre próximo cinco mil cámaras, y cinco mil más durante el próximo año.
Además, trabajan de manera conjunta con organizaciones civiles como la Unesco, para acelerar el proceso de distribución de las cámaras, así como para la elaboración de una base de datos con los monumentos históricos que se encuentran en mayor riesgo, misma que esperan tener lista para el 2016.