La ejecución de Robert James Campbell, de 41 años, estaba programada para las 18:00 horas de este martes, pero la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, emitió la suspensión a menos de tres horas de que se consumara.
Campbell, sentenciado a muerte por la violación y asesinato de una cajera en Houston en 1991, sería el primer reo al que se le aplicaría la inyección letal en este país tras la fallida ejecución de Clayton Lockett, el pasado 29 de abril en Oklahoma.
Lockett, de 38 años, murió por un ataque cardiaco luego de sufrir convulsiones tras recibir la inyección de las tres sustancias usadas para las ejecuciones, según testigos que presenciaron el suceso en la Prisión Estatal en McAlester, en el sureste de Oklahoma.
Los abogados de Campbell utilizaron el incidente de Oklahoma para exigir que se frenara la ejecución de su cliente hasta que Texas proporcione más información sobre el origen de los compuestos que conforman la inyección letal.
Al igual que Oklahoma, Texas se niega a revelar el sitio donde adquiere las sustancias para la inyección letal, al argumentar que necesita proteger la identidad del fabricante para evitar amenazas de opositores a la pena máxima.
A diferencia de Oklahoma, que utilizó una combinación de tres fármacos en la ejecución de Lockett, Texas usa una sola dosis del sedante pentobarbital para ejecutar a los reos.
Los abogados de Campbell también habían argumentado antes que su cliente sufre retraso mental y, por lo tanto, no es elegible para la ejecución.