El cierre de la clínica operada por la compañía Whole Womans Health en McAllen, Texas, forma parte de la ola de clausuras provocada por una nueva ley orientada a restringir el acceso al aborto en la entidad.
La ley establece restricciones al aborto consideradas entre las más severas del país, al obligar a las clínicas de aborto a realizar fuertes inversiones para convertirse en centros de cirugía ambulatoria.
El estatuto exige que los médicos que practican abortos cuenten también con privilegios de admisión en un hospital de cirugía mayor dentro de 30 millas (48 kilómetros) del sitio donde se ubica la clínica.
La incapacidad e incosteabilidad de cumplir con los requisitos ha provocado que en los últimos dos meses se hayan cerrado 19 de las 44 clínicas de aborto que operaban en la entidad.
De acuerdo con la organización Planned Parenthood y otras que defienden el derecho al aborto, el número de cierres podría aumentar en septiembre próximo cuando la ley sea totalmente implementada, de forma que solo queden seis en operación en todo Texas.
El cierre de la única clínica que proveía abortos en McAllen obligará a las mujeres que requieran someterse a uno a viajar hasta San Antonio, a 380 kilómetros de distancia, aumentando considerablemente los costos y el tiempo necesario para el procedimiento.
“Es desgarrador para nosotros”, dijo Amy Hagstrom Miller, directora ejecutiva de la compañía Whole Woman Health, la cual interpuso ya una demanda en la que impugna la nueva ley. Ha sido una decisión muy difícil, indicó.
El cierre de la clínica en McAllen ocurrió días después que clausuraran otra similar en la cercana comunidad de Harlingen y una más ubicada en Beaumont, al noreste de Houston.
Legisladores republicanos que aprobaron la ley antiaborto en julio pasado, defendieron el estatuto al señalar que las restricciones son necesarias para proteger la salud de las mujeres.
Sin embargo, los grupos que defienden el derecho al aborto sostienen que las restricciones son médicamente innecesarias y la intención de decretar la ley era la de cerrar todas las clínicas de Texas que ofrecen servicios de aborto.