Cientos de soldados Rusos rodean una base de infantería en Ucrania, justo cuando Ucrania comenzaba a movilizar sus fuerzas militares en respuesta a la sorpresiva incursión rusa en la península de Crimea.
La indignación por las tácticas de Rusia crecía en las capitales del mundo, como fue el caso del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, quien pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, que retire sus fuerzas armadas tras “una agresión increíble”.
Las fuerzas rusas tomaron el sábado la estratégica península de Crimea sobre el Mar Negro sin disparar un tiro.
En Kiev, la capital de Ucrania, el primer ministro Arseni Yatsenyuk dijo que no hay razón para que Rusia invada a Ucrania. “Estamos al borde del desastre”, advirtió.
Sin embargo, hasta el momento su nuevo gobierno y otros países no han podido reaccionar a las tácticas militares rusas. Hombres armados en uniformes sin insignia se movían libremente por la península, ocupando aeropuertos, destruyendo equipos en una base aérea y cercando una base infantería.
Putin ha desafiado llamados de occidente a retirar sus tropas, insistiendo en que Rusia tiene el derecho a proteger sus intereses y los de los rusoparlantes en Crimea y el resto de Ucrania.
Desde hace mucho Rusia ha deseado reclamar la península de Crimea, que fue parte de su territorio hasta 1954. Su Flota del Mar Negro tiene su sede allí y casi 60% de los habitantes de la zona se identifican como rusos.
La población de Ucrania, de 46 millones de habitantes, tiene lealtades divididas entre Rusia y Europa. Buena parte de la zona occidental prefiere lazos más cercanos con la Unión Europea, mientras que las regiones en el oriente y el sur, como Crimea, se inclinan por Rusia.
Soldados no identificados llegaron a la base militar de Perevalne en Crimea en un convoy de por lo menos 13 camiones y cuatro vehículos blindados con ametralladoras. Los camiones llevaban 30 soldados cada uno y tenían placas rusas.
Una decena de soldados ucranianos colocaron un tanque a la entrada de la base, lo que provocó momentos de gran tensión.
El presidente en funciones de Ucrania, Oleksandr Turchynov, anunció el sábado ya tarde que había colocado en alerta las fuerzas de su país ante la amenaza de “agresión potencial” y ordenó un aumento de la seguridad en las plantas electronucleares, aeropuertos y otra infraestructura estratégica.
Sin embargo, Estados Unidos y otros gobiernos occidentales tienen pocas opciones para contrarrestar las medidas militares rusas.
En Bruselas, el secretario general de la OTAN dijo que Rusia había infringido la Carta de la ONU y exhortó a Moscú a “reducir las tensiones”. Anders Fogh Rasmussen, jefe de la OTAN, habló antes de una reunión el domingo de la cúpula política de la organización para analizar la crisis.
Ucrania no es miembro dela OTAN, lo que significa que Estados Unidos y Europa no están obligados a defenderla, pero el país ha participado en algunos ejercicios militares con la alianza y ha enviado soldados a participar en su fuerza de respuesta.
Kerry, entrevistado el domingo en varios programas noticiosos en Estados Unidos, planteó la posibilidad de boicotear la cumbre del G8, que debe realizarse en junio en Sochi.
El máximo diplomático estadounidense también analizó la posibilidad de tomar medidas como cancelar visas, congelar activos e imponer castigos en materia de comercio e inversión. Kerry dijo que habló el sábado con cancilleres del G8 y otras naciones y que todos están preparados para “ir hasta donde sea necesario” para aislar a Rusia.
Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama habló por teléfono una hora y media con Putin el sábado y le expresó su “profunda preocupación” sobre “la clara violación rusa de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, dijo la Casa Blanca. Obama advirtió que “si Rusia sigue infringiendo las leyes internacionales eso llevará a un mayor aislamiento político y económico”.
En Moscú, miles de personas participaron el domingo en una marcha a favor de la invasión un día después que el parlamento ruso autorizó a Putin el envío de fuerzas militares a Ucrania. Por lo menos 10.000 personas con banderas rusas marcharon libremente por la ciudad, mientras que decenas que se manifestaban en la Plaza Roja contra una invasión a Ucrania fueron rápidamente detenidos por la policía antimotines.
La agencia de noticias Interfax atribuyó al presidente de la legislatura de Crimea, Vladimir Konstantinov, haber dicho que las autoridades locales no reconocen al nuevo gobierno de Kiev y que planeaba celebrar un referendo el 30 de marzo para consultar a los electores sobre el futuro de la región.