Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois logró transformar un celular smartphone en un detector de bacterias mediante a una probeta y un programa que convierte al teléfono multifuncional en un biosensor portátil.
Con ello será posible realizar en tiempo real pruebas de seguridad en los alimentos, detectar toxinas ambientales, hacer diagnósticos médicos y más.
El biosensor fue desarrollado en el campus Urbana-Champaign y consiste en una serie de lentes y filtros en la probeta que emulan a aquellos que se encuentran en dispositivos de laboratorio, más grandes y costosos. Juntos, la probeta y la aplicación transforman un smartphone en una herramienta que puede detectar toxinas y bacterias, contaminantes en el agua e identificar alérgenos en la comida.
Kenny Long, un investigador egresado de la universidad, dijo que el equipo logró que el teléfono inteligente lo fuera aún más con modificaciones a la cámara del aparato.