En una rueda de prensa en la sede de la ONU, Jaafari indicó que terroristas asociados con Al-Nusra y Al-Qaeda quieren crear una catástrofe en el área (de Latakia) y exponer la vida del personal internacional y de la gente de Siria.
Expresó que estos grupos lanzan ataques contra los cargamentos de precursores químicos que el gobierno quiere montar en barcos para su remoción y eventual destrucción, con la intención de avergonzar al gobierno de Siria.
Según Jaafari, la intención sería que el gobierno fuera incapaz de cumplir los plazos fijados por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), del 30 de junio pasado, para la total destrucción del armamento químico de Siria.
Así, miembros del Consejo de Seguridad podrían tomar medidas adicionales como represalia por el incumplimiento de Siria respecto de los plazos fijados por la OPAQ.
Las declaraciones de Jaafari sucedieron luego de que la encargada de la misión conjunta de la ONU y la OPAQ para verificar la destrucción de armas químicas en Siria, Sigrid Kaag, informara al Consejo de Seguridad en una videoconferencia sobre los avances de su tarea.
Diplomáticos presentes en la sesión a puerta cerrada informaron que Kaag aceptó que la remoción de armas químicas ha sido detenida y retrasada por los combates en torno al puerto de Latakia, donde se efectúan los cargamentos de precursores.
Jaafari también reiteró su acusación, contenida asimismo en misivas oficiales que envió al Consejo de Seguridad, de que los terroristas entraron a Siria desde territorio de Turquía, quien financia y protege a estos grupos.
El diplomático sirio denunció además que los ataques ocurrían tanto en Latakia como en la comunidad de Kasab, con una población mayoritariamente de armenios sirios.
En ese sentido la oficina del secretario general de la ONU confirmó hoy que grandes porciones de la población (de Kasab) han huido a la ciudad de Latakia, donde han establecido contacto con el personal humanitario del organismo internacional.
Destacó que unas mil 550 familias han sido registradas en Latakia como refugiadas, y que han recibido asistencia de la ONU.