La Sirenita de Copenhague, la mayor atracción turística de Dinamarca, ha aparecido pintada de rojo en protesta por la caza de ballenas en las Islas Feroe, territorio autónomo del reino danés.
Frente a la estatua, el autor o autores de la protesta dejaron escrito con tinta roja un mensaje: “Dinamarca, defiende a las ballenas de las Islas Feroe“.
Las autoridades de Feroe permiten a los isleños guiar a las ballenas hacia aguas poco profundas donde las matan a estocadas. Luego de la matanza no comercial, comparten la carne y la grasa, una práctica que se remonta al siglo XVI. Las ballenas no son una especie en peligro.
Las autoridades de las islas dicen que la población de ballenas en el Atlántico Norte oriental alcanza los 778 mil ejemplares, de los cuales hay unos 100 mil en torno de las islas. Los isleños matan unas 800 cada año.
La Sirenita de Copenhague fue creada por el escultor danés Edvard Eriksen en homenaje al cuentista Hans Christian Andersen. Sentada en una roca en la entrada al puerto de Copenhague desde 1913, ha sido blanco frecuente de los vándalos que la han derribado, pintado y decapitado.
De ser diana principal de la ira feminista en décadas anteriores ha pasado a ser usada para todo tipo de reivindicaciones políticas, desde las de movimientos okupas a las de grupos xenófobos.
A la Sirenita la han decapitado tres veces, le han arrancado un brazo e incluso fue volada una vez con explosivos de su pedestal de granito, además de aparecer pintada de varios colores o vestida con todo tipo de objetos, desde camisetas de fútbol a velos o una túnica del Ku Klux Klan.