La cumbre del domingo en Seúl fue la primera de este tipo en más de tres años. Los contactos de alto nivel entre Tokio y sus dos vecinos se pararon tras la llegada al poder del primer ministro nipón Shinzo Abe a finales de 2012.
Una declaración conjunta emitida tras la reunión apuntó que las partes acordaron intentar mejorar sus relaciones “enfrentando la historia de lleno y avanzando hacia el futuro”. Beijing y Seúl consideran que Abe intenta restar importancia a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.
Las tres naciones se comprometieron además a impulsar sus relaciones económicas y a intentar reactivar las estancadas negociaciones internacionales sobre el programa nuclear de Corea del Norte.