Iris Vianey Mendoza, senadora del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, dijo a The Associated Press que el procurador general Jesús Murillo le notificó que su oficina no tenía “elementos” en su contra, además de que nadie la denunció penalmente.
Mendoza fue acusada en enero por uno de los líderes de grupos de autodefensas del estado occidental de Michoacán de apoyar al cartel de las drogas de Los Caballeros Templarios. La senadora reconoció haber asistido a una fiesta con una hija de uno de los más buscados de la organización criminal, tras salir a la luz pública una foto de ambas vestidas de amarillo.
La legisladora dijo que si bien no ha recibido un documento formal de la Procuraduría General de la República que precise su inocencia, confió en que sea expedido a la brevedad. “Nunca fui requerida para declarar, me dijeron que hasta este momento no tenían elementos para integrar una averiguación previa formal”, añadió.
Michoacán vive desde 2013 una crisis de inseguridad derivado del conflicto entre Los Caballeros Templarios y autodefensas, grupos de ciudadanos que se armaron para enfrentar a ese grupo del crimen organizado.
La senadora estuvo 30 días retirada de su cargo. “No podía permitir que se me cargara con el estigma de pertenecer a un grupo de la delincuencia organizada, no es nada cómodo”, dijo la legisladora sobre su decisión de pedir licencia para que la Procuraduría la investigara.