Mérida, 11 Ene (Notimex).- La paz y la seguridad, así como el ambiente cultural y arquitectónico de Yucatán, fueron las principales razones por las que Casey leonard, ciudadana de origen estadounidense, decidiera establecerse en esta ciudad, emprender un negocio con su pareja y formar una familia.
Nacida en Florida, Estados Unidos, y con 28 años, Leonard comenta en entrevista para Notimex que la primera vez que estuvo en México fue en 1993 y llegó de la mano de su padre, a quien le habían ofrecido un muy buen trabajo.
Ella permaneció aquí hasta el 2001, cuando decidió regresar a Florida para estudiar la carrera de Antropología forense.
Tras la crisis económica del 2008 en el vecino país del norte, Casey decide regresar a Yucatán en 2010 y ese mismo año entró a trabajar como docente en el Colegio Libre de Estudios Universitarios.
Fue entonces cuando inició la formación de una familia de la mano de su pareja Pablo Molina Amar, oriundo de Ciudad Juárez, Chihuahua, pero quien también tiene muchos años de radicar en suelo yucateco.
Actualmente tienen tres hijos, una niña de ocho años, un varón de tres y otra niña que nació en los primeros días de este mes de enero.
Indicó que decidió radicar en México junto con su familia debido a que me siento cómoda aquí. La calidad de vida es muy buena, mejor de lo que podría tener en Estados Unidos.
La comida es buena y barata. No tengo miedo de que van a robarse a mis hijos si salen a la tiendita a comprar y, además, la cultura, la historia y la arquitectura de Mérida son realmente hermosos, es un lugar muy lindo donde vivir y ver crecer a los tuyos, agregó.
Creo que la herencia de la cultura maya, junto con la mezcla de las culturas española y caribeñas, hacen de Yucatán un lugar muy especial sin duda, algo que no se puede tocar ni ver, pero se siente, y eso hace que para mi Yucatán sea un lugar muy especial, destacó.
Otro factor que le gusta mucho de México, y en especial de Yucatán, es que la gente es muy amable.
Una amiga se mudó a Mérida hace tres semanas y cuando vino a conocer adoré lo bonito que todos la trataron aún con su español malo y las dificultades para comunicarse; la gente es muy cálida y solidaria y eso también ha hecho que me sienta bien viviendo aquí, precisó.
Sin embargo, Casey insistió en que la seguridad y la tranquilidad que predomina en Mérida fue un factor definitivo para decidir quedarse a radicar en esta ciudad.
No hay nada más positivo que vivir sin temor, que poder salir a la calle con una gran sensación de tranquilidad que desafortunadamente no se tiene en todos lados, subrayó.
Comentó que junto con su esposo han encontrado un lugar idóneo para sacar adelante su proyecto de familia y de hecho decidieron emprender un negocio relacionado con el uso de energía solar, el cual también empieza a darles satisfacciones y retribuciones al esfuerzo emprendido en esta tierra del sureste mexicano.
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