Por Cecilia González. Corresponsal
Buenos Aires, 4 Nov (Notimex).- El candidato oficialista a la Presidencia de Argentina, Daniel Scioli, intenta recomponer su campaña con la esperanza de evitar una derrota ante su rival Mauricio Macri en la segunda vuelta a realizarse el 22 de noviembre.
Uno de sus problemas más graves para atraer el voto, sin embargo, es que todos los días enfrenta el fuego amigo, es decir críticas de sus propios compañeros de partido, o peleas entre ellos.
La campaña del gobernante Frente para la Victoria quedó envuelta en la incertidumbre después de que Scioli no lograra ganar en la primera vuelta electoral del pasado 25 de octubre.
El candidato y la militancia confiaban en que sacaría entre el 45 y el 40 por ciento de los votos, pero con una diferencia de 10 puntos con respecto al segundo lugar, lo que hubiera sido suficiente para evitar una nueva ronda.
Pero Scioli apenas si llegó al 37 por ciento, mientras que Macri sumó 34 por ciento, y a pesar de haber perdido, se perfila como el favorito para ganar porque puede atraer a todo el voto antikirchnerista que, por lo que demostraron las elecciones, es mayoritario.
El candidato oficialista se dedicó desde el 26 de octubre a intensificar entrevistas por televisión y recorridos por diversas localidades, pero el cambio fundamental es que ya no aparece en actos junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Mientras tanto, los dirigentes del Frente para la Victoria se la pasan intercambiando acusaciones para deslindar responsabilidades sobre los malos resultados electorales.
Este miércoles, por ejemplo, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, aliado del kirchnerismo, criticó el tono de la campaña al considerar que ya no tiene sentido anticipar supuestas calamidades que van a ocurrir en el país si gana Macri.
“Es muy fuerte plantearle a la gente, ‘vótenos a nosotros porque los demás son peores’, de nuestro lado tenemos un gran candidato como Daniel Scioli y un gran equipo con el que vamos a ganar las elecciones, si la discusión de campaña es sobre qué pasó antes, es absurdo, advirtió.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no sólo continuó con ese estilo de denuncia anticipada, sino que además se peleó con el aliado de Scioli y presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, con quien en teoría debería sumar esfuerzos para levantar la campaña.
Fernández, quien perdió la elección para gobernador de la provincia de Buenos Aires, aseguró, con base en supuestos dichos del economista macrista Carlos Melconian, que si gana el candidato opositor habrá una devaluación del 67 por ciento y una inflación del 50 por ciento.
Marangoni aclaró que Melconian jamás se refirió a salarios y jubilaciones de la forma que algunos le adjudican, pero Fernández afirmó que “Marangoni miente, yo escuché las declaraciones por televisión. El audio es muy claro, me llama la atención esta desesperación de Marangoni por parecerse a Melconian”.