La noche del viernes, fueron galardonados por ambas cosas.
Los dos ex astros de la NBA fueron incluidos en el Salón de la Fama Naismith Memorial del Básquetbol, integrantes de un grupo de 11 jugadores, entrenadores y árbitros.
John Calipari, entrenador de la Universidad de Kentucky, sobresalía en los demás.
El resto incluye al árbitro Dick Bavetta, al ex jugador de los Celtics Jo Jo White y a la estrella del baloncesto femenino Lisa Leslie. Tom Heinsohn fue exaltado como entrenador después de que ya había sido honrado como jugador. También se le unirán los ex entrenadores George Raveling y Lindsay Gaze, de Australia, más el astro de la desaparecida liga ABA Louis Dampier y John Isaacs, uno de los primeros jugadores afroestadounidenses.
Jugadores cono LeBron James, Kevin Garnett y Kevin Durant probablemente estarán aquí algún día, y tendrán una deuda de gratitud con Haywood.
Su batalla con la NBA que llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos en 1970 abolió el requerimiento de edad que exigía a jugadores esperar cuatro años después de haber salido de la escuela secundaria. Una vez en la liga, Haywood jugó 12 temporadas, participó en Juego de Estrellas en cuatro ocasiones y ganó un campeonato.
“Recuerden muchachos, yo sabía jugar”, dijo Haywood. “No es que yo sólo hice esta cosa de la Corte Suprema: tuve algo de buen juego”.
Lo mismo fue con Mutombo, un feroz defensor y bloqueador de tiros durante 18 temporadas. Dijo que estaba orgulloso de haber sido el tercer africano que juega en la NBA, “venir a Estados Unidos sin nada y ahora soy parte de la historia de la NBA”, comentó.
Y él está retribuyendo: abrió un hospital en su natal Congo, que dijo ha atendido a 140.000 personas. En dos ocasiones ganó el premio J. Walter Kennedy de la NBA por obras cívicas, y ahora trabaja para la liga como un embajador mundial.
“Jugar baloncesto me permitió convertirme en un ciudadano mundial”, dijo Mutombo, agregando que no ganó un campeonato, “pero para mucha gente soy un campeón”.