La gerencia del parque animal, que recogió al mamífero -también conocido como leopardo marino– en 2007, informó este jueves que Casey Casey tenía siete años y medio de edad, pero que su estado se había deteriorado por la falta de alimento.
Los cuidadores del zoológico observaron un cambio en el comportamiento de Casey a principios del año, comenzó a dejar de comer y paulatinamente perdió el color de su piel, de acuerdo con reportes del diario The Sydney Morning Herald.
No se puede obligar a un animal a alimentarse, sostuvo Mark Williams, gerente de relaciones con la prensa, y explicó que se tomó la decisión de sacrificarla después de que los veterinarios evaluaron su condición y determinaron que no se recuperaría.
Casey murió el pasado viernes, era un animal muy popular entre el personal del zoológico y los visitantes, pero su bienestar era mucho más importante, afirmó Willians.
El leopardo marino, con una mordedura de tiburón en la panza, fue encontrado varado en la playa de Wattamolla por personal de Parques y Vida Silvestre del estado de New South Wales, en el este de Australia, en 2007.
Casey, que se estima entonces tenía un año de edad, fue entregada al Zoológico de Taronga para su cuidado, en virtud de un acuerdo ambiental internacional que impide que todo animal en casos similares sea devuelto al mar Antártico para evitar que transmita enfermedades.
The Sydney Morning Herald destacó que el caso de Casey ocurrió días después del sacrificio público de Marius, una jirafa joven y saludable, cuyo cuerpo fue dado en alimento a los leones, en un zoológico de Dinamarca para evitar la endogamia.
Sin embargo, el sacrificio de Casey se debió a problemas de salud y para evitar su sufrimiento, añadió.