“Estamos preparados para ofrecer al mundo un maravilloso espectáculo”, aseguró la jefa de Estado en una comparecencia pública en el Palacio de Planalto, sede de la presidencia brasileña, junto al presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), Joseph Blatter.
“A los extranjeros les digo que son bienvenidos. Van a encontrar un Brasil en transformación, multicultural y hospitalario”, expresó Dilma Rousseff tras recibir de manos de Blatter el trofeo del torneo.
Asimismo, aseguró que el país está listo para organizar “la Copa de las Copas… Los estadios ya están listos, los aeropuertos están preparados para la demanda adicional, el aparato de seguridad proporcionará a todos la tranquilidad necesaria para disfrutar”.
Pese a su declaración, a diez días del inicio del Mundial de Brasil 2014 aún son muchas las instalaciones que no han sido terminadas, incluido el estadio del partido inaugural entre Brasil y Croacia, el Itaquerao de Sao Paulo. De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, este lunes 50 por ciento de las obras prometidas fueron terminadas, mientras 20 por ciento están por finalizarse y el resto de instalaciones fueron canceladas.
Por otra parte, Rousseff subrayó la voluntad de organizar un torneo que suponga un “momento histórico” en la lucha contra la discriminación racial. “Una Copa sin racismo, por la paz, sin discriminación, en la que el futbol muestre de nuevo que es un extraordinario instrumento para los valores de diálogo, paz y respeto entre los seres humanos y las naciones”, resaltó Rousseff.
La declaración de la presidenta de Brasil fue respaldada por Blatter al señalar que la “Copa será un ejemplo de la lucha contra toda discriminación, principalmente la racial”.
Por otro lado, respecto a la posibilidad de protestas, que el propio gobierno brasileño prevé que ocurran durante el torneo, Dilma Rousseff dijo que “somos un país que respeta el derecho de manifestación, y que al mismo tiempo es capaz de respetar la voluntad de la mayoría de disfrutar del torneo”.
Por último, la mandataria aprovechó la ocasión para recordar que, como brasileña, ella también sueña con que la “canarinha” se alce con el trofeo el 13 de julio en el estadio Maracaná.
“Para los brasileños es imposible que la selección que levante la Copa no sea la brasileña”, manifestó poco antes de alzar junto al ex capitán brasileño “Cafú” el trofeo de casi seis kilos, que recorrió la cifra récords de 89 países y 150 mil kilómetros por todo el planeta.