Los profesionales de la prensa se reunieron en las afueras de la Iglesia de la Candelaria, en Río de Janeiro, donde depositaron sus cámaras en el piso, en un acto de solidaridad con los familiares de Santiago Andrade y de protesta por su asesinato.
El camarógrafo de 49 años, cuya muerte cerebral fue anunciada el lunes, tres días después de haber sido herido, recibió en su cabeza el impacto de un artefacto explosivo mientras grababa una protesta contra el alza de pasajes en Río de Janeiro. La noche del lunes, un tribunal dictó orden de detención contra Caio Silva de Souza, sospechoso de haber activado el artefacto, cuya explosión provocó la muerte de Andrade.
El pasado domingo fue detenido Fabio Raposo, quien confesó a la policía haber participado en los hechos y ofreció su colaboración para identificar a un segundo sospechoso. Raposo fue acusado de intento de homicidio calificado, entre otros cargos, por los que podría recibir una condena de hasta 35 años de prisión, informó el diario Jornal do Brasil.