Rex Tillerson lamentó que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia nunca fueran tan malas después de la Guerra Fría como ahora y “no se orientan a un nuevo comienzo”.
El ahora secretario de Estado y ex presidente de la petrolera ExxonMobil, siendo condecorado en esa posición por el presidente ruso Vladimir Putin, ya había expresado su lamentación acerca de esas potencias hubieran caído a su “más bajo nivel” desde la desaparición de la Unión Soviética en 1991.
Serguei Lavrov, quien fuera su homólogo ruso quien fue recibido el pasado miércoles en la Casa Blanca e hizo la misma constatación.
En una entrevista entregada a la cadena de televisión NBC, Tillerson reafirmó que las relaciones entre ambas potencias habían caído “al más bajo nivel de los tiempos desde el fin de la Guerra Fría, con un muy débil nivel de confianza”.
“Generalmente se considera que no es sano para el mundo(…). Ciertamente no es sano para nosotros, para el pueblo estadounidense, para nuestros intereses de Seguridad Nacional”, destacó.
Tillerson mantuvo un discurso dubitativo en cuanto a una distención entre ambos países, con relaciones particularmente problemáticas desde el 2012 a consecuencia del conflicto en Siria y luego el sucedido en Ucrania.
El jefe de la diplomacia en los Estados Unidos ha descartado cualquier intento de “nuevo comienzo” entre Washington y Moscú como el intentado en el 2009 por Barack Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton.
“Palabras tales como ‘reinicio’ han sido superadas. No se puede recomenzar. No se puede borrar el pasado. No se puede asumir un nuevo comienzo. Se parte de lo que se tiene”, insistió Tillerson.
Acerca de las acusaciones por parte de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos sobre una injerencia rusa en las elecciones norteamericanas, Tillerson reconoció que “los rusos dieron vuelta en torno a nuestro proceso electoral”.
Pero “como también subrayaron esos informes de inteligencia, no se ha podido concluir qué efecto pudo tener eso”, agregó.