Revelan apuntes inéditos del Papa Juan Pablo II

Se trata de más 600 páginas de anotaciones, que fueron también los documentos principales del proceso que concluirá con la elevación a los altares de Karol Wojtyla, recogidos en un libro que salió a la venta este día en Polonia. “Quemarlas habría sido un crimen”. Así se justificó hace unos días Dziwisz, actual arzobispo de Cracovia, a la hora de justificar su desobediencia a la última voluntad del Papa peregrino.

De hecho, en su testamento, Juan Pablo II había pedido que después de su muerte esas reflexiones privadas y espirituales (escritas entre 1962 y 2003) fuesen destruidas junto con su correspondencia.

Gracias a los manuscritos se puede conocer a un Wojtyla que admite sus debilidades, combate contra sí mismo, pero confía siempre en Dios y no tanto en sus fuerzas. Dos de los apuntes son particularmente interesantes: el primero de 1997 habla del perdón de los pecadores de parte de Dios y del hecho que existe más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por 100 justos.

Hablando de esto apuntó: “Dives in misericordia” (rico en misericordia), como el título de una encíclica suya de 1980. Después abrió un paréntesis y escribió, de puño y letra, el nombre de Mehmet Ali Agca, el hombre que atentó contra su vida en 1981. Otro apunte corresponde a las relaciones entre cristianos y musulmanes, con particular énfasis en la situación de los cristianos en Medio oriente.

Al respecto consideró que serán necesarios 100 años para resolver la situación de dificultad en esa parte del mundo e identificó en la figura de la Virgen María como un puente entre ambos credos.

En otra nota, de 1978 y poco después de su elección papal, se refirió a la grave enfermedad de su amigo, el obispo Andrzej Deskur, que el 13 de octubre de ese año “se sintió imprevistamente muy mal y quedó parcialmente paralizado”. “El 14 fui a ver a Andrzej al hospital. Lo hice durante el viaje hacia el Conclave en el cual se debía elegir al sucesor de Juan Pablo I”, señaló.

“No logro no leer el hecho que el 16 de octubre fui elegido como sucesor, con el evento de tres días antes. El sacrificio de mi hermano Andrzej en su obispado me pareció como una preparación a este hecho. Todo a través de su sufrimiento, era incluso en el misterio de la cruz”, estableció.

apuntescracoviainéditosJuan Pablo IIpapaSociedad