En una larga nota difundida por la Radio Vaticana, el sacerdote jesuita salió al paso de las afirmaciones contenidas en el libro “Me habían prometido el paraíso. Mi vida y mi verdad sobre el atentado al Papa Juan Pablo II“, que salió a la venta esta semana en Italia.
Redactado en tono irónico, el escrito desmontó algunos de los pasajes cruciales del libro, que pretende ser la autobiografía de Agca, el ex sicario y miembro del grupo fundamentalista islámico “Lobos grises”, autor del intento de asesinato contra Karol Wojtyla hace casi 32 años.
Entre otras cosas Lombardi desmintió partes del relato sobre el famoso coloquio privado que sostuvo el Papa con su atacante el 27 de diciembre de 1983 en la cárcel romana de Rebbibia, donde el terrorista turco fue detenido hasta el año 1996, cuando fue extraditado a su país de origen.
Según el libro, en esa ocasión Agca le reveló a Juan Pablo II que el autor intelectual del atentado era el líder espiritual de la revolución iraní Ruhollah Jomeini mientras el pontífice le habría insistido en que se convirtiese al cristianismo.
Pero estos dos detalles fueron rechazados por el portavoz, quien preguntó al respecto al histórico secretario particular del Papa y actual arzobispo de Cracovia, Stanislao Dziwizs, quien estuvo presente en aquel encuentro privado y pudo escuchar lo que ambos se dijeron. “No es verdad que Agca haya hablado del ayatolá Jomeini y de Irán, en el curso del coloquio en la cárcel. No es verdad que en El Vaticano se haya considerado como fundada una pista islámica (sobre el atentado)”, precisó.
Federico Lombardi hizo referencia también a unas cartas que el entonces cardenal Joseph Ratzinger habría mandado al terrorista turco, presentadas en el libro como “cartas espirituales” en las cuales el purpurado supuestamente decía que rezaba por la conversión del terrorista.
“Por escrúpulo, me preocupé de saber hoy del entonces cardenal Ratzinger (es decir del actual Papa), si verdaderamente había escrito esas cartas. Y la respuesta ha sido muy clara: que él había sí recibido cartas de Agca pero que nunca respondió”, dijo.
“En El Vaticano nunca se consideró como atendible la pista islámica, aún más, parece que ni siquiera se habló sobre ella. Por otra parte parece totalmente increíble que, si el Papa hubiese estado verdaderamente informado y hubiese creído a la versión, no hubiese trascendido ni siquiera un rumor”, agregó.
Para el vocero Mehmet Ali Agca ha tenido una “política de despiste sistemático de los investigadores” y ahora busca construir un una exclusiva internacional involucrando a Jomeini, a Irán, y al islamismo “nazifascista” en la voluntad de asesinar al Papa.
“Prácticamente todo aquello está mi incompetencia y que podido verificar es falso. Las más de 100 versiones de los hechos que hasta ahora ha dado y a las cuales se agrega esta última son demasiadas para que ahora le podamos creer”, sentenció.