La candidata de la opositora Nueva Mayoría, la ex presidenta Michelle Bachelet, arropada por favorables cifras de intención de voto arrojadas por diversos sondeos, instó este fin de semana a sus partidarios a no pensar que las elecciones son “carrera corrida”.
Más allá de que dos encuestas, la del empresarial Centro de Estudios Públicos (CEP) y la del diario El Mercurio anticipen un triunfo en primera vuelta, ella insta a moderar el optimismo y asegurar el triunfo en los comicios del 17 de noviembre.
La CEP registró un 54 por ciento de apoyo a Bachelet de las personas que aseguran que sufragarán, y El Mercurio le otorga un 53.5 por ciento de votación, descontados los votos blancos y nulos.
Pero el llamado de Bachelet es a evitar el triunfalismo: “Hago un llamado a votar y a que ganemos en primera vuelta. Necesitamos ganar contundentemente”, dijo el sábado durante un recorrido con candidatos de la Nueva Mayoría al Congreso.
En la trinchera de la candidata oficialista Evelyn Matthei, que ocupa el segundo lugar con una intención de voto que no le permite abrigar esperanzas de pasar a segunda vuelta (14 por ciento según CEP y 26.4 según El Mercurio), los ánimos están decaídos.
Mientras unos responsabilizan al gobierno de la baja en la adhesión ciudadana, y otros hacen llamados a que no cunda el pesimismo y no se instale el derrotismo en sus filas, la propia Matthei dice que si pierde sólo ella será la responsable.
El jefe de la campaña de Matthei y una de las principales figuras de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), Joaquín Lavín, cifra sus esperanzas en una mítica “mayoría silenciosa”, que no se atrevería a declarar su apoyo a Matthei ante los encuestadores.
La palabra que se repite en los argumentos de sus líderes es “incertidumbre”, y se hacen esfuerzos por involucrar al propio presidente de la República, Sebastián Piñera, su esposa, Cecilia Morel, y todo el aparato del Estado, en el proselitismo electoral.
El objetivo último parece ser evitar el triunfo de la opositora Nueva Mayoría en la elección legislativa, donde los expertos electorales ven como posible que ésta obtenga 67 a 68 diputados, que le garantizarían aprobar las propuestas programáticas de Bachelet.
Pero más allá del triunfalismo moderado o la incertidumbre, todos despliegan sus mejores y últimos esfuerzos en los días que faltan para que los 13 millones de chilenos concurran a votar en comicios que parecen ser decisivos para el futuro del país.