Nueva York está analizando la posibilidad de unirse a un número creciente de entidades en Estados Unidos que permiten a los comensales hacerse acompañar de sus perros a cafeterías y restaurantes con espacios al aire libre.
Los amantes de los perros y algunos propietarios de restaurantes dicen que la propuesta acomodaría con seguridad a aquellas personas que quieren la compañía del mejor amigo del hombre en diversos negocios de Manhattan, desde cafeterías hasta puestos de helados.
Sin embargo, varios funcionarios de la salud en todo el estado se oponen. Al menos un legislador ha planteado sus dudas y algunos clientes temen que tal autorización venga acompañada de chillidos para pedir comida, ladridos, mordidas y otras cosas no bien vistas.
Propietarios de perros, como Michelle Vargas, creen que los perros en la ciudad más grande de la nación —que según cálculos suman medio millón— merecen tener un lugar en los negocios de comida al aire libre, más allá de la acera vecina a un patio, como lo contempla la actual iniciativa de ley.
“Para mí, no hay nada mejor que estar con… ni siquiera los llamo mis perros… mis hijos”, dijo Vargas mientras visitaba una cafetería en un parque del barrio Upper West Side de Manhattan con sus perros “Carmine” y “Luigi”, así como la perrita de un amigo, “Lucy”.