Guadalajara, 6 Dic (Notimex).- La sobreexplotación de pastizales del campo requiere de acciones para que el suelo retenga el agua y con ello estimular en forma sustentable la actividad ganadera, señaló el titular de la Seder en Jalisco, Héctor Padilla Gutiérrez.
El responsable de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) agregó que ya se tiene enfocadas políticas públicas a la restauración de los terrenos dedicados a varias especies pecuarias.
Citó como ejemplo las obras de restauración de un predio del ejido Vaquerías, municipio de Ojuelos, donde se emprenden acciones para restaurar el daño por el sobrepastoreo de varios años.
Las obras contemplan un cerco perimetral de 3.4 kilómetros, además de cercos para la división de los potreros, así como trabajos que permitan la filtración de agua y la retención de la carpeta vegetal, para contrarrestar y prevenir la erosión.
Padilla Gutiérrez agregó que también se proyecta la plantación de 40 hectáreas de nopal tunero, con la finalidad de aprovechar la cactácea para la alimentación del ganado, además de la comercialización de las tunas en beneficio de los ejidatarios.
A su vez el delegado regional de la Comisión de Zonas Áridas (Conaza), Salvador Doménico Appendini Carrera, expresó que la región Altos Norte de Jalisco tiene gran potencial pecuario en sus terrenos.
Sin embargo, actualmente una proporción de las tierras registra un elevado nivel de erosión, lo que implica el reto de la restauración de los agostaderos y con ello recuperar los pastos nativos de la región. Lo deseable, dijo, es que los ejidos cuenten con semilleros de pasto para repoblar de cubierta vegetal sus agostaderos, e incluso vender las semillas que les sobren.
Otras acciones previstas para las regiones es fomentar la caprinocultura en el ejido lagunense de La Concordia, donde se tiene el plan de apoyar un proyecto de corrales y salas de ordeña para cabras, cuya leche y carne tienen gran demanda en el país.
Comentó que las obras en el ejido Vaquerías supusieron 2.4 millones de pesos e incluyen gaviones, el suavizado de los taludes de las cárcavas, además de los cercos de perimetral y de división de los potreros de cada ejidatario.