El lunes en un desplegado publicado en diarios de circulación nacional y en línea, el director mexicano Alfonso Cuarón le planteó 10 preguntas sobre Reforma Energética a Enrique Peña Nieto. Esa misma tarde el mandatario prometió responder.
Aunque en la cuenta oficial de Twitter del presidente de México se comprometió a responder a las preguntas cuando estuvieras listas la leyes secundarias en materia de energéticos, este miércoles fueron los secretarios de Hacienda y Energía quienes salieron a responder las preguntas del cineasta.
Hoy por la mañana el Ejecutivo mandó las leyes secundaras al Senado de la República, por lo que la respuesta a las 10 preguntas de Cuarón eran de esperarse.
No obstante que en la tarde se darán a conocer todas las 10 respuestas por parte del gobierno, ambos secretarios hablaron sobre el tema de las minutas enviadas al poder Legislativo al tiempo que respondieron parte de las preguntas del cineasta mexicano y ganador del Oscar.
Respuesta del gobierno federal a través de sus secretarios
De esta manera el secretario de energía, Pedro Joaquín Coldwell informó acerca de las fechas en que los precios de las gasolinas y combustibles bajarían, lo cual se dará en aproximadamente dos años, aseguró.
Así mismo informó que el paquete de las llamadas leyes secundarias de la reforma energética incluye ocho nuevas normas y la modificación de otras 13 existentes, con las cuales se busca incrementar la producción de petróleo y gas, además de impulsar la industria eléctrica.
El paquete, enviado el miércoles al Congreso, establece que habrá libre competencia de empresas y particulares en todas las actividades del sector de hidrocarburos y electricidad, salvo en la venta al público de gasolinas que se abrirá de manera de manera paulatina.
Hasta ahora la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene la exclusividad de la venta de gasolinas a través de franquicias.
Coldwell señaló que todos los contratos en materia de exploración y extracción de crudo serán adjudicados por licitación pública y se dará a la empresa que ofrezca mejores condiciones económicas al Estado mexicano.
Dijo que se establecen reglas de transparencia y advirtió que se podrán cancelar los contratos, entre otras cosas, cuando se incumplan los planes de exploración y desarrollo.
Con la reforma se establecieron tres tipos de contratos, de utilidad y producción compartida, además de licencias.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo por su parte que todas las empresas competirán en igualdad de circunstancias y que para cada contrato se dará primero un pago mínimo (que se definirá según el campo) y otro que será definido en el proceso de licitación, además de que las compañías deberán cubrir el impuesto sobre la renta como se hace en cualquier sector.
Hasta ahora la exploración y producción de crudo era facultad exclusiva de Pemex, la cual será transformada en una compañía que compita con otras y cuyo régimen fiscal, con lo cual se propone que el porcentaje de impuestos que paga al Estado baje de 79% a un 65% de sus ingresos para que tenga más recursos que pueda reinvertir.
El titular de Energía refirió que la reforma energética busca el incremento en la producción de petróleo y gas, además de que en cualquier rama de la industria se establece que habrá por lo menos un mínimo de 25% de participación nacional.
Añadió que en el caso de que los yacimientos transfronterizos de cualquier hidrocarburo, es decir que comparta México con otros países como Estados Unidos, será obligatorio que Pemex tenga una participación de al menos 20% en los proyectos de exploración y producción.
Se prevé, dijo, que la producción de crudo crezca de los 2,5 millones de barriles diarios en promedio alcanzados en 2013 a tres millones en 2018 y a 3,5 millones en 2025. También se espera que la de gas natural pase de los actuales 5.000 millones diarios de metros cúbicos a 8.000 millones en 2018 y a 10.400 millones en 2025.
A fines de 2013 se aprobó la histórica reforma energética que cerró la página a la nacionalización de la industria en 1938 y que desde entonces hizo que el petróleo fuera visto como un símbolo de la soberanía y el nacionalismo de los mexicanos.
Faltaban, sin embargo, las llamadas leyes secundarias presentadas el miércoles, que establecen los detalles para la aplicación de las modificaciones.
La izquierda, que ha prometido promover una consulta popular nacional hacia 2015 para echar abajo la reforma, ha sostenido que se abre la puerta a que la industria petrolera sea privatizada, algo que el gobierno rechaza.
La nacionalización de la industria petrolera fue un principio inamovible en México, inclusive en el Partido Revolucionario Institucional de Peña Nieto.
Sin embargo, tras llegar al poder Peña Nieto planteó que Pemex por sí sola no podía revivir a la industria energética por lo que era necesario cambiar las leyes para permitir la participación privada.
México tuvo en 2004 su pico de producción de crudo, con 3,4 millones de barriles diarios, aunque comenzó a caer hasta mantenerse en los niveles actuales de 2,5 millones de barriles diarios.