CHICAGO (AP) La música empieza a sonar y los fanáticos aplauden al unísono en lo que Starlin Castro se dirige al plato. Sus compañeros de los Cachorros de Chicago se entusiasman con el ritmo, al igual que todos en el bullpen.
“Es fabuloso”, dijo Castro. “Es lo más divertida que hemos tenido durante todo el año. Los fanáticos se vuelven locos cuando suena esa canción, se ponen de pie. Siento que me aprecian, por más que no entiendan lo que dice (la canción). Pero les gusta de todas formas”.
Wrigley Field con los Cachorros preparándose para su primera postemporada desde 2008. Y los turnos al bate del dominicano son una atracción.
Se trata de un giro llamativo, al considerar que muchos en Chicago imploraban que lo canjearan. Pero gozan cuando en el estadio empieza a retumbar “Ando En La Versace”, un merengue urbano de Omega.
Es un tema con un ritmo pegajoso. Y Castro está encendido estos días. Sus Cachorros también, con 97 victorias y listos para visitar a Pittsburgh el miércoles en el juego de wildcards de la Liga Nacional.
Luego de perder su titularidad a inicios de agosto y un declive de su desempeño durante buena de la campaña, Castro supo reaccionar.
Elevó su promedio al bate casi 30 puntos en el último mes y medio, dejándolo en .265. Y aunque su futuro con los Cachorros sigue siendo incierto ante la irrupción del novato Addison Russell y la presencia del puertorriqueño Javier Báez, otro prometedor infielder, Castro respondió a lo grande en el tramo final.
“Todos tenemos el mismo objetivo, y ese objetivo es ganar”, dijo. “Eso es lo más importante. No dejé de trabajar fuerte, de confíar en mí. Nunca me rendí, me mantuve enfocado. Cuando te dan la oportunidad, hay que tratar de aprovecharla”.
Durante su trayectoria con los Cachorros, Castro fue blanco de los reproches de los fanáticos por sus distracciones en el terreno. Pero ha exhibido su mejor nivel, y con una actitud ejemplar.
Ante lo que pudo haber sido una situación conflictiva, cuando el manager Joe Maddon decidió que Russell pasara de la segunda base para reemplazar a Castro como el titular en el campocorto.
Maddon estuvo preocupado que el quisqueyano de 25 años, con tres convocatorias al Juego de Estrella y casi 1.000 hits, se iba a desplomar anímicamente por el resto de la campaña.
Castro buscó reivindicarse en vez de enojarse, y respondió de gran forma mientras se adaptaba a defender la segunda base.
“No puso excusas”, dijo Maddon. “Es un muchacho que anda poniendo pretextos. Asume su responsabilidad para todo. ¿Cómo no te va a caer bien alguien así?”.
Russell describió a Castro como “alguien sin complejos” cuando aceptó el cambio de posición”.
“Ha sido un gran compañero”, dijo Russell. “Me ha ayudado. Alienta a todo el mundo. Es un gran pelotero, una tremenda persona”.
Tampoco afecta que Castro se encuentra en un equipo exitoso por primera vez desde que debutó en las mayores en 2010.
“Creo que se está divirtiendo con las victorias”, comentó el gerente general Jed Hoyer. “No había formado parte de un equipo triunfador y lo está disfrutando. Creo que puso al equipo por encima de lo individual y supo lidiar con el cambio a la segunda. Obviamente, está bateando muy bien y jugando con la confianza por las nubes”.
Castro bateaba para .236 el 6 de agosto, con un despliegue defensivo errático y luciendo perdido en el plato, cuando los Cachorros decidieron mover fichas en el cuadro interior.
No volvió a jugar hasta el 11 de agosto y no asomó en la alineación diaria hasta el 14 de ese mes, ya como titular en la intermedia.
Pero Castro terminó la campaña prendido, con promedio de .372, seis jonrones y 23 impulsadas en sus últimos 36 juegos. Incluyó un partido en el que remolcó seis carreras ante San Luis el 18 de septiembre, empatando su récord personal que había fijado en su debut en Grandes Ligas en 2010. Además, la semana pasada en Cincinnati, igualó otro hito personal, con un juego de cuatro hits.
Castro hizo ajustes, como modificar su forma de pararse en el plato e intentar el contacto por la banda contraria. También dijo que charlas con sus familiares le ayudaron salir del mal momento.
“Estoy orgulloso por él, al ver la manera cómo arrancó la temporada y cómo ha reaccionado hasta ahora”, acotó el veterano receptor venezolano Miguel Montero. “Me sorprendió, porque se lo que es capaz. Su actitud, su preparación, ha sido fantástica”.
Y su canción tampoco.