LIVINGSTON, Texas, EE.UU. (AP) Un reo en Texas cuya ejecución está agendada para el martes admitió haber disparado a un mexicano a quien robaron ocho dólares, pero insiste en que no merece morir por el asesinato ocurrido hace 17 años en Houston.
“Éste no es un caso de pena capital”, dijo Juan Martín García a The Associated Press el mes pasado durante una entrevista en la prisión cerca de Livingston. “Fui falsamente incriminado falsamente ya que no subí al estrado (a testificar en el juicio)”.
Evidencia presentada en el juicio realizado en el año 2000 y el testimonio de un acompañante identificaron a García como el líder de un grupo de cuatro hombres involucrados en el homicidio y robo ocurridos en septiembre de 1998 contra Hugo Solano afuera del complejo de apartamentos donde vivía la víctima. El asesinato y una serie de delitos violentos adicionales vinculados a García convencieron al jurado que debía ser sentenciado a muerte.
García, de 35 años, será ejecutado el martes mediante inyección letal. Su ejecución sería la undécima de este año en Texas, estado que aplica la pena capital más que ningún otro. En las próximas semanas están agendadas tres ejecuciones más.
El lunes no había más apelaciones en proceso para bloquear la ejecución. La Junta de Absoluciones y Libertad Condicional rechazó el viernes una petición de clemencia para García.
Evidencia mostró que García, quien tenía 18 años de edad en ese momento, ya había realizado un robo de automóvil con uso de violencia junto a dos primos y un tercer hombre la mañana del 17 de septiembre de 1998 cuando vieron a Solano ingresando a su camioneta para ir a trabajar. Familiares de Solano dijeron que el hombre de 36 años, quien realizaba trabajo misionero cristiano en Guadalajara, México, se había mudado a Houston con su esposa unas semanas antes para que sus hijos pudieran educarse en Estados Unidos.
Eleazar Mendoza, quien se declaró culpable de robo agravado y fue sentenciado a 55 años de prisión, testificó que García se aproximó a Solano y le apuntó con una pistola. Mendoza dijo que García ordenó en español a Solano que entregara su dinero y que le disparó cuando se negó.
García, quien habló con la AP a través de un teléfono dentro del área enjaulada de visitas afuera del pabellón de la muerte de la prisión, culpó a Mendoza por iniciar la confrontación y a Solano por resistirse a la exigencia de dinero.
“Él me golpeó. Lo primero que vino a mi mente es que este tipo iba a tratar de matarme”, dijo García. “Sujetó el arma con ambas manos y se disparó”.
Solano recibió cuatro disparos, en cabeza y cuello. García dijo que él no robó a Solano.
“Mi papá acostumbraba golpearme”, comentó García. “Cuando ese tipo me golpeó, yo estaba drogado y la primera persona que vi fue mi papá; así que seguí disparando”.