México, 16 Ene (Notimex).- Figura esencial del cuento mexicano, el escritor Guillermo Samperio (1948-2016) será recordado este martes por familiares, colegas y amigos, que disertarán en torno a su legado, en una sesión en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Los escritores Felipe Garrido, Hernán Lara Zavala y Silvia Molina serán los encargados de hablar de la vida y obra de Samperio, forjador de varias generaciones de narradores en este país, mientras que Matilde Samperio hará una lectura dramatizada y Pastora Samperio le dedicará una interpretación musical.
En declaraciones al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la escritora Liliana Pedroza, quien ha estudiado por años la obra de Samperio, habló de la relevancia de la obra samperiana, en donde, dijo, no hay una línea disruptiva entre la realidad y la fantasía, sino que ambos territorios conviven con naturalidad.
En su narrativa, explicó, no hay una historia en la que el lector no encuentre una maravilla, es decir, un suceso, un detalle o un gesto que asombre desde el ingenio, el humor o la ternura. Es allí donde uno puede darse cuenta que la fantasía es el territorio que eligió para poder resistir ante la realidad.
Según Pedroza, las aportaciones de Samperio a la literatura mexicana son muchas y variadas, sin embargo, hizo énfasis en el sentido del humor que siempre dominó gran parte de los textos del autor de Maravillas malabares.
De ahí también podemos ver que su aportación a la renovación del cuento no sólo es formal -en el que los géneros se trasvasan y van de la distensión narrativa más cercana al ensayo a la concreción verbal próximo a lo poético- sino en el tratamiento temático en el que la violencia o el horror, por ejemplo, pueden ser desarticulados por la fantasía o el humor.
El humor es un asunto muy serio, eso lo sabía Samperio y sabía ejercitarlo con disciplina, puntualizó la estudiosa.
Samperio es tan diverso en sus búsquedas escriturales que su narrativa no se repite. Ninguno de sus libros es igual, aunque los una el humor. Su genio creativo se fue revelando desde cada una de sus entregas y es así como cualquier lector puede identificarlo, anotó Pedroza.
Abundó que además tiene un lugar importante en la literatura mexicana como tallerista, pues en más de 30 años, a lo largo del país, formó a cientos de escritores y de lectores. Todos nosotros le debemos habernos enseñado el oficio de mirar desde otra perspectiva lo cotidiano.
Es uno de los mejores cuentistas de la literatura mexicana reciente, no sólo por su larga trayectoria en la narrativa breve que exploró y experimentó, apuntalando diversos caminos hacia donde va la escritura presente y futura, si no por su fuerza narrativa desde una prosa poética seductora, su humor y su poderosa imaginación para crear mundos y personajes entrañables, concluyó.